Nota: Historia de las canteras de Eugi a fecha noviembre 2021
En este espacio podrás encontrar fotografías de algunos minerales de mi colección,
así como reflexiones, experiencias o mis inquietudes en general.
21 de marzo de 2009
Dolomita de Eugi, Navarra
En la pasada feria de minerales de Urretxu allá por noviembre tuve la oportunidad de conocer a una gran persona. Allí un vizcaíno y un guipuzcoano estuvimos intercambiando principalmente minerales de nuestras respectivas provincias. Entre piedra y piedra le comenté mi predilección por las dolomitas de Eugi (las mejores del mundo) y mis ganas por conseguir una fluorita de Yanci (carísimas por otro lado en la feria). Y hete aquí mi suerte que este guipuzcoano había tenido acceso a ese material y me iba a preparar un lote.
Cuatro meses después, me ha enviado un montón de piezas de Yanci y Eugi que etiquetaré, fotografiaré y guardaré celosamente en mi colección. Algunas de ellas no sabía ni que salían en esas canteras.
En este post incluyo fotografías de las tres piezas de dolomita que me ha enviado. Cristales centimétricos, uno de ellos enorme de 3x2cm, con mucho brillo, buena cristalización, color y algunos incluso casi transparentes. Un lujo de piezas que tendré que pagarle con muy buenos minerales de mi tierra. Probablemente con un buen cuarzo amatista de hace 15 años y una buena ankerita con calcopirita de las que ya no salen.
20 de marzo de 2009
Casi tres meses en Basurto
La Radioterapia, Medicina Nuclear y la Protección Radiológica son especialidades sanitarias que, por fortuna para nosotros, evolucionan para mejor de manera acelerada. No sólo los equipos médicos que se emplean son más sofisticados y potentes día a día, sino que las técnicas también lo son permitiendo tratamientos personalizados más eficaces.
Obviamente, estar al tanto de estos avances implica una formación continuada de los trabajadores, y a eso me he dedicado los últimos tres meses en el Hospital de Basurto en Bilbao. Aquí he aprendido nuevas tácticas y técnicas en este campo con un personal altamente cualificado y de una calidad humana excepcional.
Con estas líneas quiero agradecer a físicos, médicos, personal de enfermería, auxiliares, etc., todo su apoyo, dedicación y paciencia. Y a las niñas y niño de Naia e Igor, el astronauta y el gato que me han pintado como regalo de despedida.
Obviamente, estar al tanto de estos avances implica una formación continuada de los trabajadores, y a eso me he dedicado los últimos tres meses en el Hospital de Basurto en Bilbao. Aquí he aprendido nuevas tácticas y técnicas en este campo con un personal altamente cualificado y de una calidad humana excepcional.
Con estas líneas quiero agradecer a físicos, médicos, personal de enfermería, auxiliares, etc., todo su apoyo, dedicación y paciencia. Y a las niñas y niño de Naia e Igor, el astronauta y el gato que me han pintado como regalo de despedida.
18 de marzo de 2009
Minas de Arditurri, Oiartzun
Recientemente tuve la oportunidad de acceder con mi mujer a las minas de Arditurri mediante una bonita vía verde que parte de Oiartzun. No voy a añadir ningún dato nuevo sobre las explotaciones a lo ya publicado en MTI BLOG o en la web oficial de las minas. Si acaso os doy mis impresiones del recorrido y lo que se encuentra al final del mismo con una foto de añadidura.
Aunque prácticamente se puede ir en coche a la zona de la explotación, creo que es una bonita experiencia andar los 7 kilómetros sin apenas desnivel que hay de vía verde. El entorno es espectacular y el recorrido está salpicado de sorpresas que merece la pena descubrir, aunque algunas no tanto, como encontrarse un centro de interpretación geológica cerrado en un pabellón industrial junto a una macro-discoteca de esas que no cierran ni los domingos por la mañana.
A medida que nos acercamos a las minas son más frecuentes los túneles, los peatones y los ciclistas, todos conviviendo en sano equilibrio. Al mismo tiempo se nos imponen majestuosas las Peñas de Aya (Aiako Harriak) que merecen otra excursión aparte. Desde ellas las vistas son impresionantes en días claros: Hondarribi, El Golfo de Bizkaia, Irún, Hendaya, Pirineos... Y bajo las peñas las instalaciones mineras repletas de carteles, indicaciones, restos, incluso un centro de interpretación y la posibilidad de realizar una visita guiada al interior de las minas.
16 de marzo de 2009
Una dosis de radiactividad para mejorar tu salud
Cada vez que leo una noticia "ecológica y políticamente correcta" sobre el cierre de las centrales nucleares en este país avocado al subdesarrollo y el tercermundismo, me entra una mezcla de risa y lástima por nosotros, miembros de una muchedumbre dirigible por los medios de comunicación.
Recientemente se publicó en El Semanal la importancia que tiene alimentarse de una manera sana y natural evitando los productos con aditivos que pueden ser cancerígenos. Esta cantinela es muy vieja y no por eso dejamos de poner nuestra salud en manos de multinacionales que reprocesan, añaden, potencian o adulteran los alimentos como diciendo aquello de que lo que no mata engorda.
Sin embargo, parece que nadie duda de lo peligrosísimas que son las centrales nucleares y la radiación, incluida la de los teléfonos móviles que no por eso dejamos de utilizar. Es como si en el pasado hubiéramos vivido un ataque o un accidente nuclear y tuviéramos pánico a la lluvia radiactiva y sus consecuencias.
No nos vamos a engañar, nadie quiere, yo me incluyo, una central de éstas cerca de su casa. Pero eso no es motivo para no comportarse como un animal racional y cuestionarse algunas afirmaciones de dudosa credibilidad difundidas por no se sabe muy bien quién o quiénes.
La mayor parte de la energía eléctrica que producimos procede de los hidrocarburos. Y éstos no sólo contaminan mucho más que las centrales nucleares si no que proceden de la mayor industria/negocio del mundo: El petróleo y sus derivados. Es cierto que las centrales nucleares tienen un gran riesgo si no son bien gestionadas, es cierto que generan residuos que tardan cientos de años en desaparecer, es cierto que las radiaciones pueden producir cáncer, etc, etc, etc. Pero también es cierto que hay estudios poco difundidos con sus gráficos y estadísticas que demuestran que tras un accidente nuclear el aumento de casos de cáncer no es tan elevado como cabría esperar. Y si comparáramos las susodichas estadísticas con las del cáncer provocado por el tabaco, el alcohol, la contaminación y los alimentos preprocesados, más de uno y dos se quedarían sorprendidos.
Lo más triste es que no tener centrales nucleares en tu territorio no te libra de los problemas que éstas pueden ocasionar, ya que las tienen los países vecinos. Y no sólo te venden y te hacen dependiente de la energía que producen con ellas, si no que también te exponen a la lluvia radiactiva en caso de accidente. Nosotros más pobres, ellos más ricos y compartimos los riesgos.
Pero, además, de las centrales nucleares salen muchos de los isótopos radiactivos que se utilizan en Radioterapia y Medicina Nuclear, que sirven para diagnosticar decenas de enfermedades y curar el cáncer mientras no tenemos una receta mejor. Y sin centrales nucleares tendríamos que comprárselos a nuestros vecinos haciéndonos más y más dependientes y quedándonos más y más retrasados. Me pregunto con qué les pagaremos cuando, como ahora, nos falle el negocio inmobiliario y el turismo.
En una gran crisis mundial se me dibuja un panorama de lo más interesante: Un país que no dispone de energía suficiente para desarrollar su actividad, y que reduce su esperanza de vida diez años al no disponer de los recursos que ayudan a alargarla o a paliar los síntomas de muchos enfermos de cáncer.
Mientras no exista nada mejor tendremos que elegir entre vivir menos tiempo y peor sin riesgo de radiación, o vivir más años y con mejor calidad de vida asumiéndolos con la ayuda una administración capaz de asegurar el buen funcionamiento de este tipo de instalaciones.
Recientemente se publicó en El Semanal la importancia que tiene alimentarse de una manera sana y natural evitando los productos con aditivos que pueden ser cancerígenos. Esta cantinela es muy vieja y no por eso dejamos de poner nuestra salud en manos de multinacionales que reprocesan, añaden, potencian o adulteran los alimentos como diciendo aquello de que lo que no mata engorda.
Sin embargo, parece que nadie duda de lo peligrosísimas que son las centrales nucleares y la radiación, incluida la de los teléfonos móviles que no por eso dejamos de utilizar. Es como si en el pasado hubiéramos vivido un ataque o un accidente nuclear y tuviéramos pánico a la lluvia radiactiva y sus consecuencias.
No nos vamos a engañar, nadie quiere, yo me incluyo, una central de éstas cerca de su casa. Pero eso no es motivo para no comportarse como un animal racional y cuestionarse algunas afirmaciones de dudosa credibilidad difundidas por no se sabe muy bien quién o quiénes.
La mayor parte de la energía eléctrica que producimos procede de los hidrocarburos. Y éstos no sólo contaminan mucho más que las centrales nucleares si no que proceden de la mayor industria/negocio del mundo: El petróleo y sus derivados. Es cierto que las centrales nucleares tienen un gran riesgo si no son bien gestionadas, es cierto que generan residuos que tardan cientos de años en desaparecer, es cierto que las radiaciones pueden producir cáncer, etc, etc, etc. Pero también es cierto que hay estudios poco difundidos con sus gráficos y estadísticas que demuestran que tras un accidente nuclear el aumento de casos de cáncer no es tan elevado como cabría esperar. Y si comparáramos las susodichas estadísticas con las del cáncer provocado por el tabaco, el alcohol, la contaminación y los alimentos preprocesados, más de uno y dos se quedarían sorprendidos.
Lo más triste es que no tener centrales nucleares en tu territorio no te libra de los problemas que éstas pueden ocasionar, ya que las tienen los países vecinos. Y no sólo te venden y te hacen dependiente de la energía que producen con ellas, si no que también te exponen a la lluvia radiactiva en caso de accidente. Nosotros más pobres, ellos más ricos y compartimos los riesgos.
Pero, además, de las centrales nucleares salen muchos de los isótopos radiactivos que se utilizan en Radioterapia y Medicina Nuclear, que sirven para diagnosticar decenas de enfermedades y curar el cáncer mientras no tenemos una receta mejor. Y sin centrales nucleares tendríamos que comprárselos a nuestros vecinos haciéndonos más y más dependientes y quedándonos más y más retrasados. Me pregunto con qué les pagaremos cuando, como ahora, nos falle el negocio inmobiliario y el turismo.
En una gran crisis mundial se me dibuja un panorama de lo más interesante: Un país que no dispone de energía suficiente para desarrollar su actividad, y que reduce su esperanza de vida diez años al no disponer de los recursos que ayudan a alargarla o a paliar los síntomas de muchos enfermos de cáncer.
Mientras no exista nada mejor tendremos que elegir entre vivir menos tiempo y peor sin riesgo de radiación, o vivir más años y con mejor calidad de vida asumiéndolos con la ayuda una administración capaz de asegurar el buen funcionamiento de este tipo de instalaciones.
8 de marzo de 2009
Granate de Albatera
3 de marzo de 2009
Mina Resuperferolítica, Santa Eufemia, Córdoba
Uno de los minerales por los que tengo mayor debilidad es la piromorfita. Cuando consigues una buena pieza ésta nos ofrece un color verde intenso, mucho brillo, cristalizaciones variadas, y un largo etcétera de sensaciones difíciles de describir con palabras. Con gran acierto se la denomina "El Oro Verde" en el número 18 de la revista Bocamina.
Aquí pongo unas bonitas fotografías (la piromorfita suele ser muy agraciada ante el objetivo aunque el fotógrafo sea mediocre) que corresponden a dos piezas antiguas que he adquirido recientemente. El tamaño de las mismas es de 5x5cm y 7x5cm con cristales que casi alcanzan el centímetro. La procedencia es conocida por todos y poco tengo que añadir a lo publicado en otros medios como por ejemplo MTI Blog.
Aquí pongo unas bonitas fotografías (la piromorfita suele ser muy agraciada ante el objetivo aunque el fotógrafo sea mediocre) que corresponden a dos piezas antiguas que he adquirido recientemente. El tamaño de las mismas es de 5x5cm y 7x5cm con cristales que casi alcanzan el centímetro. La procedencia es conocida por todos y poco tengo que añadir a lo publicado en otros medios como por ejemplo MTI Blog.
1 de marzo de 2009
La mina Malaespera, Bilbao II
Siguiendo con la mina Malaespera hoy muestro un par de fotografías de una misma pieza de blenda marmatita con calcopirita sobre dolomita. Una pieza fantástica con cristales de blenda de casi dos centímetros y de calcopirita mayores aún. Fue obtenida recientemente en la susodicha mina. Desafortunadamente, este tipo de piezas ya no salen con la abundancia de hace unos pocos años.