29 de septiembre de 2020

Nuevos cuarzos de Ezcaray II, Sierra de la Demanda, La Rioja

Aunque tengo varias en la colección, esta pieza es la que mejor representa el tipo de inclusión que más destaca en estos cuarzos: Calcopiritas amarillas brillantes con otras alteradas de color verde en varias puntas.

Suele ser más habitual encontrar puntas sueltas con calcopiritas como la de la siguiente fotografía.

28 de septiembre de 2020

Nuevos cuarzos de Ezcaray I, Sierra de la Demanda, La Rioja

Aquí da comienzo la serie de entradas con fotografías de algunas de las piezas recuperadas el pasado verano en Ezcaray en el contexto que describía en otra pasada entrada.

En general, las fotografías en ésta y en próximas entradas no tendrán la calidad que me hubiera gustado dado que fueron tomadas a medida que las iba limpiando y guardando en cajas.







25 de septiembre de 2020

Calcita sobre Sepiolita, San Blas-Canillejas, Madrid

Una vez más le tengo que agradecer a Aitor Sopelana la posibilidad de acceder a piezas muy interesantes más allá de los yacimientos archinombrados de siempre.

En esta ocasión se trata de una roca curiosa por su baja densidad, la sepiolita, que viene adornada con calcitas muy estéticas.

Calcita sobre Sepiolita, San Blas-Canillejas, Madrid.

Colección y Fotografía: A. Válgoma.



24 de septiembre de 2020

Nuevos cuarzos con inclusiones, Ezcaray, Sierra de la Demanda, La Rioja

La pasada primavera, quizás coincidiendo con el fin del confinamiento del Coronavirus, Jesús localizó y trabajó un filón de cuarzo en las montañas de Ezcaray.

A casi 2.000 metros de altura, con frío y mucha nieve en invierno, hace más de 1 y 2 siglos se trabajaron varias minas de cobre y hierro en la Sierra de la Demanda. Aún hoy es fácil localizar escombreras y con más riesgo trabajar filones o antiguas minas.

Las piezas, siendo de gran tamaño, presentan puntas de cuarzo con poco desarrollo y, como ocurre con otros cuarzos de Ezcaray, con cierto grado de alteración. Sin embargo, esa alteración hace de éstos unos cuarzos muy especiales dado que en ocasiones están repletos de inclusiones de calcopirita, malaquita o dolomita. También son de destacar los recubrimientos de limonita y goethita en algunas de las piezas.

Por tanto, creo que podemos hablar con propiedad de una novedad nacional de cierta relevancia.

Cuarzo, Ezcaray, La Rioja, colección y fotograía Jesús Domínguez.

Las dos piezas que presento en esta entrada pertenecen a la colección personal de Jesús y vienen a medir unos 20 cm.


Cuarzo con inclusiones, Ezcaray, La Rioja, colección y fotografía Jesús Domínguez.


Las próximas semanas iré poniendo más fotografías de diversas piezas que he podido recuperar el pasado verano sobre los trabajos de Jesús y otros coleccionistas riojanos en zonas mineras que conozco desde la infancia.

18 de septiembre de 2020

Nódulo de calcopirita, Ezcaray, Sierra de la Demanda, La Rioja


Las montañas de Ezcaray están repletas de pequeñas explotaciones mineras muchas de las cuales surgieron en el siglo XVIII. De hecho, las reservas de mineral de hierro son más que considerables y en menor grado también de cobre y plomo.


Cuando era más joven, disfrutaba mucho en las escombreras de calcopirita encima de Urdanta. Toneladas de calcopirita masiva que al partir lucían un brillo plateado intenso. Por aquel entonces soñaba que encontraba plata con algo de oro, pero un microscopio electrónico de barrido me puso los pies en el suelo.

El pasado verano, recorriendo una zona minera antigua, encontré semienterrado este nódulo de secundarios de cobre. Supongo que así serían los típicos nódulos que se explotaban con la minería de superficie en los inicios de las labores.

En el nódulo, bastante pesado, me llama a atención el material negro que contiene la calcopirita amarilla. ¿Pudiera ser algún tipo de cobre gris?

16 de septiembre de 2020

"Mineraleando" en un yacimiento pecera

Nódulo de calcopirita, Ezcaray (La Rioja)

Normalmente, por no decir siempre, cuando voy a buscar minerales me las veo y me las deseo para sacar algo medianamente decente. O hay que picar mucho, o hay que andar mucho, o hay que trepar mucho, o hay que excavar mucho.

Por otro lado, dado que no soy de grandes piezas, trabajo solo y no tengo herramienta más pesada que una maza de 2 kilos o una azada, no suelo remover mucho terreno ni profundizar demasiado.

Haciendo memoria, la única vez que saqué piezas aceptables sin picar fue allá por el 2008 en Camargo gracias a Pablo Ruiz que me guió. En honor a la verdad, también me guió en la mina Ceferina de Setares, pero para cuando yo llegué aquello ya estaba muy mirado y no pude sacar gran cosa.

Salvo las excepciones antes indicadas, las pocas buenas piezas que he picado me han costado muchas visitas a los yacimientos y muchas horas de investigación,  trabajo y sudor.

Sin embargo, el pasado verano tuve la suerte de trabajar en silencio en un "yacimiento pecera" que dará para varias entradas durante el próximo otoño.

En esta ocasión no se trataba de una cantera o mina en exploración sino de unos afloramientos en alta montaña que habían sido trabajados duramente por otros aficionados durante la pasada primavera, justo después del "desconfinamiento". 

Ese tipo de afloramientos y la zona donde se ubican me son familiares desde que subía con mi padre y mi hermano a coger oligisto especular, calcopirita masiva, malaquita y azurita hace 35 años. Sin embargo, nunca me había dado por trabajar los filones de manera intensiva. Otros sí lo han hecho y a conciencia.

Puede llegar a aburrir coger minerales, y aunque nunca pensé que llegaría a decir esto, en ciertas ocasiones es cierto. Y cuando encima no tienes ni que picar, porque está todo en el suelo picado (de aquella manera), se hace extraño cosechar, tanto que hasta se pierde el romanticismo que pueda haber en el coleccionismo de minerales.

Así que a medida que el tiempo me lo permita, iré desgranando esta nueva historia.

11 de septiembre de 2020

Nueva edición de Pandemic Mineral 20-25 noviembre 2020

A falta de ferias de minerales tradicionales por causa de la Covid, nos tendremos que conformar con las ediciones virtuales.

Agradecemos, por tanto, una nueva edición de Pandemic Mineral, seguro que con muchas mejoras respecto a la primera de mayo.


10 de septiembre de 2020

El oro del Navelgas: un río para no volver

Hace muchos años que fui a Navelgas por primera vez. Como la mayoría lo hice atraído por su oro. Recuerdo que tuvimos mal tiempo y que estuvimos alojados en un hostal cutre (lo que había por entonces) con paredes de papel de fumar y con un maleducado alojado en la otra habitación que tuvo toda la noche la TV a todo volumen. A pesar de ello, pudimos hacer una ruta pasando por las antiguas explotaciones de oro y visitar el MOA, donde bateamos el poco oro que vimos.

Años después volví con las enanas. Los niños conservan esa inocencia que ilusiona al buscador de oro y van deseosos al río con ganas de encontrar su pepita. Sin embargo, en este río los niños poco tienen para ilusionarse.

Recuerdo que una vez estuvimos una hora en la zona del batán de Parada y la desilusión fue enorme. Además de que el tiempo no fue muy bueno, no vieron ni una triste mota de oro. Tan solo las del MOA (que había duplicado el precio de la bolsa y dividido a la mitad el tamaño de las láminas de oro).

Pero lo peor fue esta última vez. A pesar de que había llovido los días previos, cuando fuimos no nos llovió. Hacía fresco y yo estaba mal del estómago, pero llevaba pala y azada y no podía defraudar a las enanas. Toda la mañana profundizando y no consigo sacar ni una escama. Que no pido pepitas, tan sólo una lámina. Más abajo vemos a gente adulta buscando con detectores de metales y trajes de agua, totalmente equipados, y todo para sacar unas laminillas.

Sé que hay ríos en León y también en Extremadura donde los niños pueden sacar poco pero algo, que es lo que buscamos. Puede que estén algo más lejos, pero si algún día pasamos cerca puede que podamos sacarnos la espinita.

Hoy por hoy no quiero ni detectores ni neoprenos.


9 de septiembre de 2020

Los Sanfiz de Navelgas: Oro y Romanticismo

Hoy recomiendo un interesante libro dedicado al ORO de Asturias que seguro nos hará soñar.

Extracto del libro extraído directamente de Amazon:

  • ISBN-13 : 979-8683028749

‘…Recuerdo que en nuestra casa (Carlos Sanfiz: 2020) había asiduos debates sobre el oro. Era, en la mayoría de las ocasiones, el tema de conversación de la familia. Todavía tengo frescas en el recuerdo las historias que nuestro padre, con cariño, nos contaba y que nosotros escuchábamos con gran atención. Para él la vida era la mina, el río, el oro, los árboles, la vida en contacto con el mundo natural de los ríos y de nuestros bosques encantados. Era un hombre tranquilo, sencillo y excepcional, que amaba todo lo que hacía con mucha pasión y que trataba de transmitir a sus hijos todo ese encanto que nos rodeaba en Navelgas. Vivía para el río y para la búsqueda y la minería del oro. Por sus venas de hombre honrado a más no poder, casi podía decirse que no corría sangre, sino que oro. Prueba de ello es que pocas horas antes de morir todavía soñaba con volver al río, pensando que se iba a recuperar. Hasta el punto de que, en esos momentos finales de su vida, llegó a pedirnos que compráramos en Oviedo varias herramientas, para que, nada más recuperarse de su enfermedad, pudiésemos ir todos con él de nuevo a batear al río. Cuando trabajó en la ‘Aurífera Asturiana’, en la década de los años 50, en una ocasión se encontraba en el exterior la explotación (en la zona de los estériles) esperando a nuestra madre, que le subía hasta el tajo la comida desde casa. Cuando Marina llegó hasta las inmediaciones de la mina, le entregó la bolsa que llevaba a mi padre y éste se puso a comer en el ‘suco’ del monte Santiago, justo enfrente de la zona de estériles, conocida como ‘La Chana’. Entonces, mientras manejaba la cacerola con el potaje y el plato, vio relucir algo al sol entre los escombros extraídos de la mina. Dejó todo lo que tenía entre manos, se acercó raudo hacia las piedras y comprobó que se trataba de una pepita de oro ‘del tamaño de una manzana pequeña’ (Marina Pérez). Era tan honesto que corrió con ella a entregársela al ‘míster’ (al ingeniero Newman), que recompensó su buena acción con un traje confeccionado a medida en una sastrería de Navelgas…’.

8 de septiembre de 2020

Un Arrecife Fósil en Arnao, Asturias

Arnao (junto a Salinas en Asturias) es uno de los mejores lugares que existen para conocer la fauna que habitaba los mares de lo que hoy es Asturias hace unos 400 millones de años, es decir, durante el Devónico, período geológico que transcurrió desde hace aproximadamente 420 millones de años hasta hace unos 360.

En nuestra pasada visita a la mina de Arnao tuvimos la suerte de ver en persona algunos de estos fósiles. Se echa de menos una mayor difusión e información sobre este patrimonio geológico de incalculable valor. Aún así, bonita playa y una visita muy recomendable.








7 de septiembre de 2020

Museo de la Mina de Arnao en Asturias

El pasado día de 2 septiembre disfrutamos de una magnífica mañana visitando una mina de carbón junto y bajo el mar.

La mina de Arnao es uno de los conjuntos de patrimonio minero más emblemáticos de España. Situada en un privilegiado paisaje costero, constituye la explotación de carbón mineral más antigua de la Península Ibérica, el pozo vertical más antiguo de Asturias y la única mina submarina de Europa. Cerrada en 1915, su castillete de madera, que ha merecido la calificación de Bien de Interés Cultural, y sus galerías subterráneas, con cerca de doscientos años, permiten revivir el ambiente de una mina primitiva.

Como datos curiosos, la visita incluye un descenso de 20 metros dentro de la mina hasta el nivel del mar (que inunda los otros 60 metros). Aunque el descenso se hace en un moderno ascensor, éste se hace por el pozo que conserva los elementos originales del siglo XIX que están en muy buen estado.

Lo mejor es el entorno, la explicación de las guías y la taza de café que me regalaron mis niñas. Visita más que recomendable.