Son varias las personas que a lo largo de estos meses me han felicitado por la calidad de mis fotografías y desde aquí se lo agradezco. Lo cierto es que estoy muy muy pero que muy lejos de la calidad de los verdaderos profesionales cuyos trabajos me maravillan cada vez que los veo. Es increíble cómo juegan con la profundidad de campo, el enfoque, el brillo o el color. No es mi intención llegar a su nivel por falta de tiempo y material, pero sí poder ofrecer una calidad fotográfica aceptable.
Mis recursos para lograrlo son muy limitados aunque en mi opinión efectivos:
- Una cámara compacta digital Canon PowerShot A470 (que sucedió a mi antigua A420) muy económica pero que permite un rango de enfoque macro de 1cm y una presentación de colores tipo Canon muy elegante.
- Una lámpara fluorescente convencional de sobremesa con la que intento lograr una iluminación uniforme ayudado de la luz solar indirecta.
- Finalmente, un potente programa de retoque fotográfico llamado GIMP que es libre y de código abierto. Yo lo utilizo en un entorno Linux, pero creo que también está compilado para plataformas win32. Con él, normalmente, juego con el brillo y el contraste de las fotografías, pero posee multitud de filtros y otras características que le serán más familiares al profesional de la fotografía.
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