Creo que a estas alturas de la ciberpelícula es más que evidente que en Internet casi todo acaba siendo tratado de manera recurrente hasta la saciedad y más allá. Los chistes malos que nos envió un amigo por email hace diez años nos vuelven a llegar por otra vía. La historia falsa de no sé qué timo de la ciberestampita también nos rebota. Y, cómo no, las ciberpolémicas en todo tipo de foros y sobre todo tipo de asuntos se repiten como el ajo que tanto odia Victoria.
Recientemente, hemos visto cómo ha vuelto a resurgir de las cenizas el tema de los aficionados a los minerales y el expolio que hacemos en las poquísimas escombreras de mineral que nos quedan. Hemos visto opiniones muy variadas y casi todas con su parte de razón. Personalmente, soy de los que opinan que el coleccionismo debe ser una actividad libre en la que uno puede cambiar, vender, guardar, analizar, etc, todo lo que quiera siempre que respete la naturaleza y no destroce caminos de acceso a pescadores/cazadores, carreteras, y no ensucie ni deteriore según lo que dicta el sentido común. De esta manera conseguimos que lo poco que está accesible quede preservado y etiquetado. Seguro que hay mucho más en las entrañas de la tierra y que el arañazo que vamos a provocar es infinitamente menor que el que realizaron (y realizan) las empresas extractivas y nadie dice nada.
Desafortunadamente, yo no he conocido ninguna de las épocas buenas de las minas clásicas. Por ejemplo, no me ha ocurrido llegar a Berbes y sacar 100 cuarzos biterminados en una hora. Sin embargo, tras dos horas de duro trabajo excavando he sacado un par de ellos de 1 cm. Haberlos haylos pero cuesta más trabajo que antes encontrarlos. El que algo quiere algo le cuesta. Nunca he sacado sin gran esfuerzo y mucho sudor más de cinco piezas de colección en un yacimiento. Y la única vez que lo he podido hacer (con cientos de cuarzos y baritas en Viérnoles) no los he cogido porque no tengo sitio, no tengo interés, y me vale con tres piezas buenas para mi y alguna para intercambio/regalo/venta. Y eso no quiere decir que critique al que se lleva cajas y cajas como los que se llevaron cientos de biterminados de Berbes. Gracias a ellos ahora tengo alguno bueno aunque sea pagando. Y gracias a esto muchos aficionados pueden tener material de aquí y allá.
Aunque sea complejo y difícil de entender, la libertad en el coleccionismo a la larga empobrecerá las escombreras pero nos enriquecerá a todos siempre y cuando se haga con respecto, conocimiento y mente abierta. Y aquí radica el importantísimo papel del aficionado a los minerales.
Sin tener una relación directa creo que la siguiente historia puede ilustrar la importancia de los aficionados (gente joven de espíritu, savia fresca) en las diversas disciplinas del saber.
La Física de los Planetas actualmente está siendo eclipsada por otras partes de la Astrofísica mucho más atractivas como las que estudian el origen del Universo, por ejemplo. Esto ha hecho que muchos de los recursos (telescopios, centros de computación, investigadores, etc) se centren en esto último dejando de lado la investigación de planetas tan importantes como Júpiter o Saturno.
Hace pocas semanas en diversos medios de comunicación pudimos ver la noticia de que un cometa había impactado sobre la superficie de Júpiter. Hechos de este tipo tienen una importancia crucial por la cantidad de información que proporcionan a los investigadores planetarios y de la atmósfera de todo el mundo. Y resulta que el descubrimiento del impacto no lo realizó un equipo de científicos de la NASA con un gran telescopio terrestre, ni siquiera con el propio Hubble. Lo realizó un aficionado australiano llamado Anthony Wesley con un telescopio mucho más modesto, lo que le ha proporcionado fama y puede valerle publicaciones en revistas tan prestigiosas como Science y Nature.
Ocurre que los aficionados a la astronomía planetaria han desarrollado métodos fotográficos mucho más eficientes que los que emplean los grandes telescopios terrestres. Empleando cámaras webcam capaces de tomar multitud imágenes por segundo del cielo, y un software para seleccionar aquellas imágenes más nítidas, obtienen fotografías fantásticas de los planetas que NO se logran con otros telescopios más avanzados y caros. Ahora se están empezando a plantear estos últimos la implantación de este tipo de "trucos". ¡Es increíble!
Nunca sabremos hasta dónde puede llegar un aficionado. Los conocimientos científicos están en cualquier libro/Internet, los puede aprender hasta un mono a base de repetir. Pero la pasión, la ilusión y la chispa que lleva a la idea brillante, esa sólo nace de dentro, y no sale de ningún libro.
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