Recientemente, he tenido la oportunidad de hacer un poco de turismo por Galicia. Principalmente, me he dedicado a lo que mejor se puede dedicar uno allí: A la gastronomía y a las playas cuando el tiempo acompaña, que acompañó.
Y aunque no superan por muchos megaparsec a las empanadas, mariscadas y dulces de Allariz, también me vine con unas piedras de recuerdo que incorporo sin pena ni gloria a mi colección.
Un cuarzo hematoideo de Villagarcía de Arousa con un cristal mayor de 4cm y una de las tan mentadas esmeraldas de A Franqueria que siguen sin acabar de convencerme/gustarme.
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