4 de enero de 2013

Casiterita de Salamanca

Hace muchos muchos años, puede que más de 20, una anciana vecina de Ezcaray tenida por un poco bruja e hija de ferroviario, me regaló un canto rodado bastante pesado que tenía de su padre. Según ella, lo había conseguido en Salamanca en uno de sus múltiples viajes en tren.

Casiterita, pepita original de 4cm

La señora, gracias a la familia, también viajó mucho por todo el territorio nacional y tenía cierta cultura por pocos apreciada. Y de ahí que supiera que el arriba mentado canto rodado fuera o contuviera estaño.


Yo, que por aquel entonces desconocía el valor del canto, tuve la nefasta idea de darle un martillazo para verlo por dentro y comparar el lustre con lo que indicaba mi guía de minerales. Y además de fastidiar todo el encanto de la pieza perdí uno de los trozos dejándola incompleta.

En fin. Para aprender a veces hay que perder. Pero aquí está hoy lo que queda de este histórico canto.

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