El pasado fin de semana Leire y June se calzaron su primera ruta montañera de 10 kilómetros con un relieve de esos que cansan. Aunque el camino era sencillo, estaba bien señalizado y sobre todo era muy entretenido para niños, a veces los repechos se les hacían un tanto duros.
Sonia y yo terminamos encantados por los paisajes y la mitología aprendida. Una zona que desconocíamos y que sin duda volveremos a visitar con más calma.
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