Hacía al menos 2 años que no pasaba por el famoso yacimiento de Azufre Nativo, Celestina y otras rarezas junto a la playa de El Aila en Laredo. La cosa está más o menos como siempre: El terreno algo más hundido, el camino de acceso más asegurado, los mismos restos de azufre y marcas de grandes martillos percutores en muchas duras rocas de celestina y calcita.
Lo mejor, como siempre, es poder disfrutar de las vistas y aquella soledad una bonita mañana como la del sábado pasado.
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Al fondo el monte Buciero |
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Ofitas de Laredo |
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Playa de El Aila escondida por la marea |
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