Hace escasas semanas pude conseguir un precioso yeso de Castellón merced a mi buen amigo Vicente. En el vídeo que éste mostraba de la pieza en Facebook se apreciaba un precioso cristal de gran calidad, pero el resto de los cristales de yeso y su colocación en la pieza no permitían apreciarlo en su justa medida. Así que, cuando recibí la pieza en casa, ni corto ni perecoso me puse a estudiar la posiblidad de partirla en dos mitades minimizando en lo posible los daños colaterales.
Con un destornillador muy fino (¡qué grande Víctor con sus buenos consejos!) y con mucha paciencia fui agrietando la matriz hasta que la pieza partió. Y a tenor de la reacción de los amigos de Facebook, parece que la arriesgada operación mereció la pena.
Aquí os muestro un vídeo de una de las mitades: La que se llevó el cristal más bonito que me decidió a asumir el riesgo.
Y también van unas fotos con mano y luz blanca artificial para que os hagáis idea del tamaño y contraste.
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