El otoño es una de las mejores épocas del año en Ezcaray por los frutos secos, las setas, la berrea y los bosques multicolor.
A mi personalmente me encanta perderme por el monte para disfrutar del deporte, de las setas y las rocas sin ningún fin particular.
Este año pude perderme un par de días por el monte ezcarayense sin más compañía que la de los ciervos y corzos gritando por los barrancos. Y también pude descubrir un par de puntos nuevos con minerales que no había encontrado antes en esa zona.
Como siempre lo más bonito son los paisajes y su historia.
Algunas minas conocidas y otras menos, pero nunca defrauda un viaje en el tiempo (todas con más de un siglo de antigüedad) por su interior.
Y al final de la jornada lo mejor: Disfrutando del prado Señor con una cervecita.
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