Este fin de semana pasado hemos disfrutado de una nueva jornada de Feria de Minerales y Fósiles de colección en el BEC de Barakaldo. Niños, mayores, adolescentes, muchos hemos vuelto a disfrutar de la espectacularidad de los cristales que no parecen reales y que algunos se resisten a creer surgidos de las entrañas de la naturaleza sin la manipulación humana.
A pesar de que esta es la Feria de Minerales decana del panorama nacional, otro año se ha visto que cada vez es más difícil encontrar nuevos minerales españoles de buena calidad. Por un lado, la ausencia de algunos de los mejores comerciantes de minerales españoles, por otro las restricciones ridículas de acceso a las explotaciones, el vacío legal existente en la recogida de minerales de colección, la falta de gente joven que pegue fuerte por detrás, y un largo etcétera podrían explicar que los coleccionistas que buscamos comprar y/o intercambiar minerales nacionales de calidad cada vez lo tengamos más difícil.
Atrás muy lejos quedan los años en los que se presentaban en la Feria mineros de Asturias, Cantabria, País Vasco, etc, ofreciendo fantásticos lotes de fluoritas, goethitas, calcitas, blendas, baritas, etc, a precios casi simbólicos. Ahora más cerca en el tiempo, año tras año dejan de venir comerciantes nacionales por diversos problemas con la organización de la Feria que ni conozco ni me importan. Algunos comerciantes marroquíes (entre otros) cada vez lo tienen más difícil para acceder a la feria: Precios muy altos por metro de exposición unidos a la falta de promoción de la feria hacen que no resulte nada rentable venir a Bilbao aunque comas y te alojes en la casa de un familiar. Los stands de las instituciones, las actividades, la información ofrecida, etc, son idénticos a los del año anterior demostrando una falta de pasión enorme por parte de la organización. ¿Por qué no existe una mesa para intercambiar/regalar piezas, por ejemplo?
Afortunadamente, el negro panorama anterior contrasta con la ilusión que ponían las y los escolares en cada una de las cajitas que adquirían, reminiscencias de una niñez lejana que nunca deberíamos al menos olvidar. Era maravilloso ver cómo se interesaban por la composición química y procedencia de las piezas que estaban a su alcance, y no me refiero sólo a su nivel económico si no también a su nivel visual. Y es que fueron varios los comerciantes que se quejaron de que las mesas eran tan altas que los crios no alcanzaban a ver los minerales. Algunas niñas más mayorcitas se interesaban mucho más por los collares y las pulseras, una muy digna aplicación de los minerales por mucho que algunos intenten utilizarlo para desprestigiar a los comerciantes que los venden. Y es que este mundo es muy duro y la única manera de vivir de los minerales muchas veces es vendiendo sus aplicaciones.
Y no me quiero olvidar de los comerciantes que sí han venido a Bilbao a pesar de todas las dificultades. Año tras año se esfuerzan y mucho por traer lo mejor de su cosecha, y muchas veces nadie se lo agradece al menos a nivel institucional.
Mi amigo Paco de Bilbao que todos los años intenta ofrecer lotes de minerales muy difíciles de conseguir y de grandísima calidad a un precio muy bueno. Este año nos ha traído calcitas de La Florida, fluoritas, baritas azules y calcitas de La Moscona, piritas alucinantes de Navajún, celestinas de Alicante, apatitos de Murcia, etc.
Rafa que un año más ha tenido los mejores precios de la feria. Una variscita de Zamora por 4 EUR, calcitas con cuarzo de Burgos, hemimorfita de Vizcaya, goethita de La Arboleda, etc.
Antonio de Madrid que ha venido con un fantástico lote de cuarzos de La Cabrera, orthosas, prehnitas, etc, por no hablar de las piezas de blenda de la mina Troya con un brillo de impresión. A él le debo mi siderita verde con blenda de Mutiloa: Un lujo.
Se echó y mucho en falta a Félix de La Rioja que el año pasado apareció con un lote de calcitas verdes muy buenas de Malaespera, baritas verdes de La Rioja, marcasitas de Reocín, marmatitas de Bilbao, etc. ¡Vuelve pronto!
Finalmente, comentar que vi varios minerales (en puestos nacionales y extranjeros) mal etiquetados, me contaron algunas mentiras para vender y cosas menores que no merecen la menor atención.
A pesar de los pesares la feria Fosminer sigue siendo un punto de encuentro obligado para todos los coleccionistas de norte. Sólo pediría más compromiso por parte de la organización, mayores facilidades para los comerciantes y la cesión de una zona dentro de la feria sólo de intercambio.
