Para empezar, busqué en Internet un proveedor de cajas y cajitas de cartón que no fuera demasiado caro. Después de mucho mirar decidí hacer un pedido online a través de Minerales Arcoci en la provincia de Valencia. Trato correcto, envío rápido y muy profesional. Nada que objetar. Ahora no recuerdo bien la cantidad que pedí pero fueron varios cientos de cajitas de diversos tamaños (4x4, 5x5, 8x7, etc.) y 8 cajas grandes para meter las cajitas y las piezas que por sus tamaños no iban a entrar en cajitas. Me pasé una tarde entera montanto cajas y cajitas.
Después tuve que idear una etiqueta (véase fotografía) que me sirviera para anotar el tamaño de la pieza, la fecha de recolección, la calidad y si el cuarzo tenía gota móvil fácilmente visible. Las dos primeras características no tendrían, en principio, que darme problemas, no así las dos últimas.
Para empezar, la calidad de una pieza es algo muy muy subjetivo, más aún para el que la recolecta y crea un lazo de amor a primera vista con ella. Aunque la escala que ideé para ello era numérica de 1 a 10, para algunos cuarzos en los que además de tamaño y calidad había ausencia total de imperfecciones y/o toques tuve que utilizar 10+ o 10++.
Por otro lado, aunque he intentado mirar con cuidado todas las piezas no puedo asegurar que las gotitas móviles que he anotado sean las que hay. Nunca he visto más de 3 gotas en una misma pieza y habré localizado 5 con gota o gotas.
Finalmente, las he fotografiado (pieza+etiqueta) a la carrera en el momento previo a ser ubicadas en su caja con su etiqueta. Así tengo un registro gráfico inicial que me permite identificar rápidamente la pieza y si la ocasión lo requiere hacer fotos de mayor calidad. Ahora que lo pienso, hubiera estado bien mantener una lista (hoja excel o similar) con esos datos más la ubicación de la pieza y su destino: cambio-venta o colección personal. Como estas últimas están pendientes de decidir, la susodicha lista me queda como probable trabajo futuro.
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