15 de noviembre de 2017

También somos humanos

Andar entre piedras, aparte de parecer una afición un tanto rara, para muchos es una manera de deshumanización y amor insano a lo inanimado. En mi opinión es todo lo contrario como claramente demuestran las envidias, mentiras, enfrentamientos, discusiones acaloradas y exaltaciones dialécticas entre aficionados tan de la raza humana. Por fortuna, este tipo de comportamientos son muy minoritarios.

La mayoría de los y las coleccionistas son conscientes de que ninguna de sus piedras se irá con él o ella al otro mundo (sea cual sea), y que lo importante de las mismas es la pasión y los buenos momentos que puedan transmitir a y compartir con los demás.

La entrada de hoy es un buen ejemplo de esto. En ella muestro un regalo de un gran coleccionista (y mejor persona) de Madrid  que, como haría cualquiera, pide consejo o ayuda a sus colegas de afición y recibiéndola sabe agradecerlo.

Aragonito reconstruido, Minglanilla, Cuenca


Muchas gracias.

3 comentarios:

  1. Las piedras ,son eso ,piedras.
    Siempre te agradecere tu inestimable ayuda en ese momento de mi vida.
    Un fuerte abrazo Agustín




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  2. Doy fé de ello, si importante son sus piedras más importante es su persona, bien agradecida y buena gente.

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