9 de noviembre de 2017

¿Hay futuro para esta afición?

Llevamos en torno a una década inmersos en una tremenda crisis económica que ha removido muchos cimientos políticos y sociales. De una u otra manera todos nos hemos visto afectados, y lo peor se lo están llevando varias generaciones de jóvenes con una formación excelente y escasas oportunidades laborales.
Curiosamente, este blog comenzó hace casi 10 años con unas reflexiones sobre la crisis.

El coleccionismo de rocas, minerales y fósiles también se ha visto afectado por la crisis al menos en nuestro entorno cercano. Las ferias más decanas y conocidas, las que todos tenemos en nuestros calendarios, cada vez son menos visitadas o están menos concurridas. Los comerciantes, que miden el éxito por el número de visitas y ventas, dicen que algunas de ellas empiezan a ser deficitarias (no cubren gastos) y no tienen ningún interés en volver. Y, claro, si los expositores no van tampoco va la gente y así hasta que desaparezcan.

Tenía un amigo que solía descargarse software, música, libros, etc., de manera "alegal" y gratuita y que luego no dudaba en comprarlo si veía que el proyecto, el autor o la iniciativa realmente merecían la pena. Decía que era la manera de ayudar a que esas empresas o los productos salieran adelante. Si nadie paga por el arte será muy difícil que éste se desarrolle y salga adelante. Es muy cómodo aprovecharse de lo que no cuesta nada, como este blog por cuyos contenidos nunca he conseguido ni un céntimo. Sin embargo, mantenerlo y alimentarlo me ha llevado y lleva muchas horas de trabajo y esfuerzo. Pero pensad que no todo el mundo tiene esta disponibilidad y que los minerales, más allá de una afición, para algunos también son la manera de ganarse la vida.

Voy a ir más lejos y me voy a fijar, ya no en la parte comercial de estas ferias, sino en la parte formativa: Talleres, conferencias, demostraciones, visitas guiadas, etc. Cuando ves que alguien que se esfuerza y de manera gratuita organiza una actividad de interés general no recibe la atención esperada de los aficionados (nuevos y viejos) es que algo se está derrumbando en esta afición.

Afortunadamente, somos muchos los que día a día intentamos difundir el conocimiento, no sólo por las piedras, sino por la cultura en general. Creo que debemos seguir haciéndolo y cada vez con más fuerza e ilusión. Pero también tenemos la responsabilidad de mantener la afición si no con el pequeño aporte económico de la pieza que irá a nuestra vitrina, al menos mostrando interés por las actividades de otros compañeros, asistiendo o haciendo la mayor difusión posible de las mismas.

Al final, sin estos pequeños comerciantes que se pasan la vida buscando algo vistoso que llevar a su puesto, sin esos Quijotes que mediante sencillas actividades nos transmiten su ilusión y pasión como el primer día, sólo nos van a quedar unas pocas mesas de intercambio de las que luego seremos los primeros en quejarnos porque la mayor parte del material es de escombrera, muy digno pero poco apetecible y sin interés para la mayoría. Entonces será el llanto y rechinar de dientes porque unos pocos manejarán la afición en círculos privados cerrados y no nos enteraremos.

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