3 de septiembre de 2013

Conmigo, o contra mí

Este fin de semana el autor de Patente de Corso ha vuelto a dar una vez más en el clavo en su artículo Conmigo, o contra mí.

Del mismo se pueden extraer frases y párrafos que se aplican perfectamente a lo que significa ser coleccionista de minerales en este país y que, curiosamente, no se parece en nada a lo que significa en otros. Y por lo que se deduce, es algo específico de aquí, hecho en casa, y nadie sabe exactamente cuál su origen.

Por citar literalmente algunas perlas:

- Cualquier asunto polémico se transforma en el acto, no en debate razonado, sino en un pugilato visceral del que está ausente, no ya el rigor, sino el más elemental sentido común.

-  Y es que en España parece inconcebible que alguien no milite en algo y, en consecuencia, no odie cuanto quede fuera del territorio delimitado por ese algo.

- Reconocer un mérito al adversario es para nosotros impensable, como aceptar una crítica hacia algo propio.

-  Me pregunto muchas veces de dónde viene esa vileza, esa ansia de ver al adversario no vencido o convencido, sino exterminado.

- Toda discrepancia te sitúa directamente en el bando enemigo.

Ahí queda.

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