29 de julio de 2015

El tesón de un buen administrador: Mi gran amigo Víctor Cañadillas

Cristal analcima, 4 cm
A estas alturas del cuento son pocos lo que no conocen al mago de las zeolitas canarionas: El gran Malagón. Hace unos dos años era un desconocido y, sin embargo, en ese tiempo ha logrado reunir una colección de minerales de aúpa. Para que luego me digan que en el mundo de las piedras no es posible esto o aquello, que tal yacimiento está agotado o que ya no sale nada. Paparruchas. El que la sigue la consigue tarde o temprano.

Víctor ha sabido administrar muy sabiamente sus hallazgos y como resultado ha logrado muy buenos intercambios. En pocos meses gracias a él Canarias ha pasado de ser el paraíso de las rocas volcánicas y poco más a tener un peso específico más que importante en el panorama mineralógico nacional.

Todo esto no ha sido gratis, ha tenido (nadie se salva en este mundo) sus más y sus menos con diversos coleccionistas producto de la envidia, la avaricia o de ambas. Ya sabemos que este club es muy especial y sin una personalidad fuerte con ideas claras es muy fácil verse en un pozo sin fondo. Me consta que él nos ha sabido y nos sabe poner a cada uno en su sitio.

Yo he tenido el privilegio de ver muchas de sus maravillas en primicia (y algunas aún en exclusiva). También he tenido el privilegio de recibir algunas de sus mejores piezas (incluso mejores que las suyas propias) y algunas las he podido publicar aquí para disfrute del resto, cosa que le ha traído no pocos problemas. Y es que uno no sabe cómo acertar.

Aunque últimamente no hemos realizado intercambios (ni sé las piezas suyas que tengo en mi colección y las que tengo en reserva para futuros intercambios) sigo sus andanzas con la ilusión del primer día. Y aunque si por él fuera tendría la casa llena de zeolitas aún mejores que las que ya tengo, siempre le digo que las piezas de la colección son como una madre: Nunca se cambian o venden. Así que consérvalas como oro en paño for the future.

Con su permiso pongo aquí un cristal de 4 cm de analcima, uno de sus tantos espectáculos geológicos.

Vale.

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