Hace algo más de dos semanas hicimos uno de los experimentos del juego de Ciencia regalo de los Reyes Magos a Leire y June.
Se trataba de disolver en un vaso un compuesto químico en agua con algo de colorante y esperar a que tras la evaporación se formara un cristal más gordo en torno a uno más pequeño empleado como semilla.
Aún seguimos esperando a que se complete el experimento. Sin embargo, ya hemos observado algo muy interesante.
Por la paredes del vaso (uno de ésos de las ferias medievales para tomar un té árabe) ha recristalizado el compuesto disuelto y ha llegado a formar unas estructuras arborescentes muy curiosas, similares a los aragonitos que salen en las cuevas.
En muy poco tiempo, sin campos magnéticos ni corrientes de aire, se han formado cristales caprichosos que desafían la gravedad. Esto demuestra que muchas de las estructuras cristalinas de la naturaleza muestran extrañas formas macroscópicas claramente explicadas por su propia naturaleza cristalina microscópica.
Colección Borja Sainz de Baranda
Hace 15 horas
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