Mi colección consta fundamentalmente de minerales de la Península Ibérica, pero tengo una debilidad especial por las mejores vanadinitas del mundo, y por eso en la pasada feria Fosminer 2008 me permití el pequeño capricho que aparece en la fotografía.
Aunque la pieza no es muy grande los cristales son perfectos: Todos tienen color, brillo y ni un solo toque.
El comerciante que me la vendió me dijo que si él tuviera dinero (estaba en paro y pasando una mala racha) no soltaría ninguna de las piezas que tenía en la mesa. Sé que muchos pensarán que soy un pobre inocente, que era una estrategia comercial del marroquí que quería endosarme la pieza. Sin embargo, por alguna razón estoy convencido de que era sincero y eso hace que esta pieza tenga para mí mucho más valor. Y también me hace pensar en la gente que amando esta hermosa afición están expuestos al terrible mazo del todopoderoso primer mundo.
No es casualidad que muchos de los mejores minerales que salieron en España los últimos 200 años estén en países más ricos como Alemania y Francia. Pagaban/pagan más y, obviamente, los comerciantes de minerales nacionales trataban/tratan con el mejor postor.
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