Ya para acabar el mes...
A mediados de los ochenta un grupo de voluntarios, muchos de ellos hoy jubilados muy activos, tuvieron la estupenda idea de reunir en un Museo la historia de la zona minera de Vizcaya. Una labor nada sencilla en la que no sólo han invertido (e invierten) tiempo, esfuerzo y dinero, sino que también se han desprendido, sin contrapartida alguna, de muchos objetos personales y recuerdos del oficio.
Hoy, gracias a ellos, y pese a quien pese, tenemos un gran Museo de la Minería del País Vasco que se ha afianzado como un gran centro de referencia dedicado al estudio y la difusión del conocimiento de la cultura y la historia de la minería del hierro. Es enorme la cantidad de documentación que se ha salvado gracias a su labor e inimaginable la cantidad de tesis doctorales que saldrán de ahí.
Aunque el Museo está centrado especialmente en la zona minera de Vizcaya, por cuestiones geológicas obvias, y sobre todo industriales, éste traspasa fronteras. Y es que pocas veces una industria, una empresa de aquí, ha influido tanto y durante tanto tiempo en Europa, en el mundo.
Seguramente oiréis críticas a la labor de estos voluntarios, sin duda de gente que no aporta nada nuevo a este mundo, que sólo repite lo que otros muchos antes que ellos, dedicados arrancar y apilar escombro en casa, y consumidos por la egoenvidia. No les oigáis. Como dice el refrán, acciones valen más que buenas razones, y este museo está plagado de buenísimas razones para hacer una visita.
Si en vuestro camino a Berbes, por ejemplo, os encontráis con la salida "Gallarta" en la A-8, un alto de una hora en el camino, en Gallarta, con su gran corta de telón de fondo, seguro que os entusiasma.
A mediados de los ochenta un grupo de voluntarios, muchos de ellos hoy jubilados muy activos, tuvieron la estupenda idea de reunir en un Museo la historia de la zona minera de Vizcaya. Una labor nada sencilla en la que no sólo han invertido (e invierten) tiempo, esfuerzo y dinero, sino que también se han desprendido, sin contrapartida alguna, de muchos objetos personales y recuerdos del oficio.
Hoy, gracias a ellos, y pese a quien pese, tenemos un gran Museo de la Minería del País Vasco que se ha afianzado como un gran centro de referencia dedicado al estudio y la difusión del conocimiento de la cultura y la historia de la minería del hierro. Es enorme la cantidad de documentación que se ha salvado gracias a su labor e inimaginable la cantidad de tesis doctorales que saldrán de ahí.
Aunque el Museo está centrado especialmente en la zona minera de Vizcaya, por cuestiones geológicas obvias, y sobre todo industriales, éste traspasa fronteras. Y es que pocas veces una industria, una empresa de aquí, ha influido tanto y durante tanto tiempo en Europa, en el mundo.
Seguramente oiréis críticas a la labor de estos voluntarios, sin duda de gente que no aporta nada nuevo a este mundo, que sólo repite lo que otros muchos antes que ellos, dedicados arrancar y apilar escombro en casa, y consumidos por la egoenvidia. No les oigáis. Como dice el refrán, acciones valen más que buenas razones, y este museo está plagado de buenísimas razones para hacer una visita.
Si en vuestro camino a Berbes, por ejemplo, os encontráis con la salida "Gallarta" en la A-8, un alto de una hora en el camino, en Gallarta, con su gran corta de telón de fondo, seguro que os entusiasma.
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