Si metes la cabeza en un microondas te explotará. Haz la prueba con una sandía y luego cómprate otro.
Afortunadamente, por seguridad estos aparatos no funcionan cuando la puerta está abierta y salvo que te cortes la cabeza no es posible que lo haga con ella dentro. Sin embargo, cuando salieron los primeros modelos al mercado sí funcionaban con la puerta abierta y ocurrieron todo tipo de accidentes graves.
Ayer para mi asombro escuché en un programa de televisión que no sólo es posible broncearse en un solarium sino que también es posible alquilar/comprar los generadores de rayos UVA. Vamos, que por unos pocos euros cualquiera puede tener un aparato de éstos en casa y usarlo con cualquier tipo de criterio (y si no le gusta éste pues tengo otros).
Por desgracia, los efectos a largo plazo de los rayos UVA no son tan evidentes como el calentamiento casi instantáneo que producen las microondas. Sin embargo, son mucho peores y más si se emplean sin ningún tipo de supervisión.
Tener un aparato en casa capaz de producir 5 veces más rayos UVA que el sol del mediodía en la playa me parece un problema de salud pública tan importante, si no más, como el del tabaco.
¿A quién le importa?
23 de junio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario