Siguiendo con la serie de piezas intercambiadas con Juan Ramón, hoy me toca superar con esta tercera pieza las dos anteriores.
Un brillo intenso y un tamaño de cristal importante, además del color característico de aquellas sideritas, hacen esta pieza merecedora de mi vitrina.
Obviamente, es de esperar que la cuarta y última sea espectacular. Y lo es, pero eso es otra entrada.
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