29 de enero de 2009

Protección radiológica en el ámbito hospitalario

Seguro que más de una vez nos han tenido que hacer una radiografía o placa. Ciertamente es una exploración médica rápida, nada invasiva, indolora y muy eficaz. Sin embargo, detrás de esa sencilla prueba hay profesionales sanitarios de la protección radiológica (normalmente físicos o ingenieros) que trabajan para que la radiación no afecte a nuestra salud.

Si nos fijamos en las puertas de los controles y las cabinas de un servicio de rayos X, por ejemplo, observaremos que hay unas señales de colores que nos advierten del riesgo de irradiación externa. Un paseo rápido por los diversos servicios de un gran hospital nos demuestra, además, la existencia de señales similares rojas, verdes, grises, amarillas y naranjas, y algunas también nos indican que hay riesgo de contaminación.

La señalización de las diversas zonas donde hay riesgo de irradiación y contaminación en un hospital es responsabilidad del personal de protección radiológica. Con aparatos especialmente diseñados para medir los niveles de radiación se clasifican las diversas salas cercanas a las fuentes de radiación, y en función de los niveles de radiación detectados éstas se señalizan convenientemente.

Lo más habitual es que los niveles de radiación sean muy bajos y que veamos señales grises o verdes advirtiéndonos de un riesgo de irradiación externa. Sin embargo, puede haber salas donde los niveles de radiación externa sean sensiblemente mayores (incluso con riesgo de contaminación) identificadas con señales amarillas, naranjas o rojas. Son zonas de permanencia limitada o incluso acceso prohibido.

15 de enero de 2009

Licencia para picar, informar, cambiar, vender y tirar a la basura

Una vez más voy a dar mi opinión sobre un tema muchas veces tratado y no por ello menos polémico y actual: Las licencias del coleccionista de minerales.

Seguro que muchos habéis oído hablar de las licencias de software y patentes en el mundo de la informática. Voy a utilizar esto para ilustrar mi manera de pensar.

Las empresas más tradicionales y monopolistas protegen sus programas informáticos mediante patentes y licencias que impiden ver, modificar, mejorar, adaptar, etc., el código que han desarrollado. Ejemplo conocido de esta política es Microsoft, y el resultado de la misma es un software de baja calidad, poca fiabilidad, con muchos errores de seguridad, y una empresa archimillonaria.

Otros proyectos aparentemente más modestos se protegen con licencias radicalmente distintas que no sólo permiten ver y modificar el código que ofrecen, sino que permiten copiarlo literalmente, empaquetarlo en una caja y venderlo sin pedir ni un euro a cambio. Dentro de esta línea existen muchísimos proyectos (un ejemplo conocido es Linux) que han permitido la creación de miles de empresas en todo el mundo para dar todo tipo de servicios las cuales al mismo tiempo han logrado mejorar los programas de origen.

Mi postura en el mundo de las piedras está más en la línea de Linux que de Microsoft: Información para todos y riqueza compartida con un orden en la actividad.

Para mi esto implica un acceso libre a toda la información sobre los yacimientos, recogiendo muestras con las herramientas que cada uno considere adecuadas en cantidades razonables, intercambiando y/o vendiendo, si no hay sitio en casa a la basura con ellas y si da pena a regalarlas, donación desinteresada o interesada a gusto del consumidor. Todo ello aderezado con una pizca de sentido común, aceptando a los otros coleccionistas con sus rarezas, respetando el medio ambiente y la legislación vigente, y sabiendo que siempre quedará algo y no nos podremos llevar todo lo que queda en la mina.

Mientras no haya una autoridad competente que regule coherentemente nuestra afición esta será mi postura que podríamos llamar Coleccionismo Libre.

9 de enero de 2009

El ámbar de Cuchía


Aunque ya se ha hablado varias veces en diversos foros de este material aquí vuelvo yo insistiendo sobre lo mismo por si alguno no se ha enterado y para que no pierda la oportunidad de localizar una pieza para su colección.

En Cantabria existe una explotación muy amplia de caliza abandonada en Miengo: La cantera de Cuchía. Allí aún es posible localizar con cierta facilidad piezas de ámbar como la de la foto de unos 8cm de tamaño.

Partiendo del campo de fútbol y siguiendo una tubería cercana se accede fácil y rápidamente a los estratos del carbonífero donde se puede encontrar este material. Es mucho más común el lignito (podría ser azabache) que en ocasiones aparece con pirita como en la pieza de la foto.

Parece que están rellenado la cantera, así que puede que este material nos dure sólo unas pocas lunas más.