Este año no pude asistir a Urretxu por motivos más que justificados, pero como siempre los amigos me han dado su visión y reflexión al punto más que interesante.
Así pues, como todos sabemos la susodicha estuvo pasada por mal tiempo y agua, muuucha agua que deslució el evento e hizo que muchos se dieran media vuelta ante la amenaza de crecidas e inundaciones. Vaya casualidad, con el buen tiempo que hemos tenido en el norte (y aún) y tuvo que llover justo ese fin de semana.
La asistencia de expositores fue más o menos la de siempre con pocas novedades aunque excepcionales entre las que se contaron unas curiosas piezas con buenos cristales de esfalerita de Ándara (Picos de Europa) llevadas por un chico de Madrid. Gracias a una compañera de trabajo de Santander hace algunos años tuve en mis manos bastante material de este tipo, y aún lo hay. Lástima que sean tan oscuros y no tengan la calidad alivana. Aunque haberlos haylos tan buenos aunque no tan conocidos.
A pesar de los elementos al menos algunos hicieron negocio en Urretxu vendiendo piritas y azuritas, e incluso la cosa dio para conseguir algún lote de pequeñas celestinas de Langre.
Otro año espero ser testigo directo de todo y poder contarlo aquí con fotos y todo.
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