5 de enero de 2013

Ahora entiendo al Groucho de los minerales y la vida

Hay ciertas cosas que sólo se entienden con el paso de los años como ocurre con muchas expresiones, refranes y frases famosas. Además, por lo general éstas se entienden de forma diferente. Un fantástico ejemplo es El Quijote de la Mancha, cuyas profundas reflexiones sobre la vida son muy diferentes a los 20, a los 40 y a los 60.

Groucho no es de mi época y sus películas nunca compitieron con mis Barrio Sésamo, La Abeja Maya o Mazinger Z. Pero siempre me llamó mucho la atención una de sus frases absurdas más célebres: "Por quien me ha tomado, yo tengo unos principios...y si no le gustan tengo otros".

Nunca entendí ni valoré la frase de Groucho hasta que con los años comprendí que tenía encerrada una gran verdad.

En el trabajo, en la familia, entre los amigos, y sobre todo entre los que llamamos amigos pero que en realidad no lo son abunda mucho la doble moral, la hipocresía.

Podría estar horas dando ejemplos de gente que critica muchas cosas en los políticos, funcionarios, banqueros, etc., y luego hace exactamente lo mismo que ellos. Que critica el pluriempleo y no renuncia al suyo. Que critica los puestos de confianza y no se da cuenta de su situación. Que critica el consumismo y no prescinde de su iPad, iPhone, Samsung. Que convierte un error en una característica a conveniencia.

Prefiero a la gente que critica y que es consecuente con su forma de pensar, aunque sea machista, feminista, consumista o altruista. Me da igual lo que sea, pero siempre consecuente.

Ja ja ja. Ahora me encuentro que en el mundillo de los minerales, la crisis es la excusa perfecta de algunos para aceptar comportamientos y actitudes que antes eran criticados y detestados. Por mencionar alguno, el tan conocido mercadeo de minerales. Resulta que antes de la crisis vender una colección privada para costear los gastos de un divorcio, unas vacaciones, o la propia colección era pecado mortal. Sin embargo, ahora no llega ni a pecado venial.

Que me den gente con principios claros sean los que sean para saber a lo que atenerme. Dios nos libre de esa otra gente a la que yo les diría en palabras de Groucho: "Nunca olvido una cara, pero con la suya voy a hacer una excepción."

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