14 de diciembre de 2018

Los minerales excolección

La gente se jubila, los minerales generalmente no los quiere heredar ni mantener nadie cercano, y ahí es donde entra el ojeador, conocido o amigo de la familia que aprovecha la ocasión para "gestionar" la colección.

De un tiempo a esta parte he observado que cada vez son más y más abundantes las "piezas excolección" que aparecen en las ferias de minerales. Me refiero a esas piezas, por lo general bastante veteranas y buenas, que pertenecieron a un gran coleccionista y que por diversas razones han entrado al mercado de los minerales.

Curiosamente, cuando empezaba a morir la minería en España, a mediados de la década de 1970, con el desarrollo de nuevas y mejores vías de comunicación,  un crecimiento acelerado de la economía nacional y un acceso más generalizado de la población a las enciclopedias y a los estudios superiores, comenzó a crecer de manera considerable el número de personas aficionadas a los minerales. Algunos entraron en la afición en el colegio (10-20 años) y otros muchos ya trabajando (20-30 años). La mayoría de esas personas de la "quinta del mineral" ya ronda como poco los 60 años y a mi entender esa es la razón de este inicio del big boom de colecciones que se escinden espontáneamente.

Seguramente, las piezas excolección han existido siempre habiéndose distribuido por canales más o menos privados y desconocidos para la gran mayoría de los aficionados. Sin embargo, por un tema de volumen ahora empiezan a ser mucho más visibles. Por desgracia, son muy pocas las que acaban en museos, intercambiadas o donadas como material educativo y casi todas acaban en el mercado a precios estratosféricos. Por otro lado, muchas veces al ser piezas tan antiguas las etiquetas no son todo lo precisas que uno desearía o incluso son incorrectas.

Paradójicamente, casi al mismo tiempo que nacían esos nuevos aficionados a los minerales empezaban a descender las vocaciones de ingenieros de minas hasta tal punto que en muchos lugares ha desaparecido la escuela o facultad de minas correspondiente. Actualmente, corremos el peligro de que pase lo mismo con los nuevos aficionados a los minerales. Si los críos y la juventud se encuentran en las ferias con una enorme cantidad de minerales excolección a precios desorbitados y desaparecen los "don Quijotes" dispuestos a difundir la afición con talleres y "cajitas", no habrá herederos capaces de apreciar y mucho menos dispuestos a pagar por "esas grandes piezas".

En mi opinión, la colección de un aficionado a los minerales es (o debería ser) un reflejo de su vida y sus convivencias. Viendo su vitrina deberías poder saber más o menos qué minas frecuentó, qué ferias visitó, qué épocas doradas vivió, con qué grupos de aficionados compartió e intercambió, a qué zonas dedicó más ilusión y esfuerzo. Centrar una colección en la adquisición de minerales excolección a mi entender debería ser más bien la labor de un Museo, una labor apoyada por las instituciones con el beneplácito del resto de los coleccionistas.

Ojo que con esto no quiero decir que los minerales excolección deban regalarse o donarse.

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