13 de marzo de 2023

Un triste adiós a una tía muy querida

El pasado viernes murió la "tía Consuelo". La sola expresión "tía Consuelo" es sinónimo de cosas estupendas para todos los sobrinos y sobrinas en nuestra familia. Todas ellas relacionadas con las Vacaciones, la Navidad, la Abuela, las Fiestas de Ezcaray, una Buena Comida de Campo con su arroz con marisco y el omnipresente tabaco que casi nunca dejó.

Le tocaron vivir los tiempos duros de la postguerra como a muchos y a muchas, sin un padre que murió muy joven por las heridas de una guerra absurda que ni le iba ni le venía. Eso le obligó a salir muy jovencita y sola del pueblo a buscarse la vida hasta tal punto que fueron los mismos niños que cuidaba los que le enseñaron a multiplicar y dividir. Tras varios años en la hostelería, en diversos hoteles y restaurantes de Barcelona, ciudad que amaba y conocía perfectamente, y con muy pocas herramientas, se convirtió en una mujer luchadora y emprendedora que supo sacar adelante con bien todos sus negocios. Si por algo la recordarán sus empleados, empleadas y socios es porque fue una persona buena hasta el punto de que echaba una mano incluso en lo económico cuando las cosas no venían bien dadas.

Por circunstancias de la vida le tocó sacar adelante un familia en una época en la que no había ayudas para familias y mucho menos si estas eran monoparentales. Aún así lo hizo lo mejor que pudo y lo dio todo a costa de sus espaldas.

No quiso irse sola de este mundo sin antes despedirse de sus seres más queridos, de todos sin excepción. Y así lo hiciste conmigo de una manera un tanto sobrenatural y sobrecogedora que nunca hubiera creído que fuera posible y te lo agradezco.

Allí donde estés descansa en paz con los seres queridos que te antecedieron. Tras una vida de trabajo, esfuerzo y sufrimiento ahora toca, por fin, un descanso merecido y reconfortante. 

Amén.

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