Haciendo uso del telescopio Celestron que posee el centro hemos disfrutado contra todo pronóstico norteño de unas condiciones de visibilidad excepcionales que nos han regalado un Júpiter y sus 4 satélites galileanos como nunca antes lo habíamos visto.
Como era de esperar, la chavalería ha salido emocionada contándolo en sus casas como algo increíble. ¡Qué maravilla!
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