Esta mañana he hecho una visita relámpago a la feria de Torrelavega, siendo la tercera vez que asisto a la misma.
Eché en falta muchas caras amigas pero pude disfrutar de la compañía y anécdotas de los grandes de siempre.
No es una feria de grandes novedades, si no más bien de mucha didáctica. Me sorprendió la gran cantidad de juventud y chavalería que había asistiendo a talleres, charlas, presentaciones y comprando piezas.
Parece que hay un relevo generacional, lo cual me entristece porque cada vez lo van a tener más difícil para conseguir minerales por ellos mismos. Si siempre ha sido complicado entrar/pasar/coger/salir, ahora más que cada vez se nos cierran a cal y canto más y más yacimientos míticos donde era fácil conseguir algo.
Agradecer las siempre impresionantes anécdotas de Silva Minerales, que uno no siempre puede escuchar de primera mano la experiencia de un viaje a Marruecos con visita a "mina" incluida, y entrecomillo la palabra mina porque ya sabemos que aquello no tiene una entrada de turista y se trabaja en condiciones duras que nada tienen que envidiar a las de la famosa aventura del túnel.
La escuela y su exposición en sí mismas merecen la visita una y cien veces.
Las instalaciones, despachos, aulas, vitrinas, servicios... todo muy bien cuidado. Dan ganas de volver a ser estudiante universitario.
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