El otro día salí de Getxo y llegué a Cruces (12 kilómetros andando) pasando por diversos puntos de la ría de Bilbao donde la Revolución Industrial pegó fuerte en los siglos XIX y XX.
A pesar de los nuevos tiempos, aún es fácil ver muchas huellas.
El estuario o la bahía tuvieron que ser impresionantes en este punto, todo lleno de playas y arenales. Al fondo el Puente Colgante.
De lo poco que queda de la industria del hierro. La Naval desapareció recientemente.
El Alto Horno de Sestao que se ha restaurado y es quizá el elemento mejor conservado y más representativo de lo que significó la minería del hierro en esta Margen Izquierda de la ría.
Los nuevos tiempo en Sestao en los que pasamos de una contaminación de aire, tierra y mar exacerbadas al uso de las energías limpias.
Aún se pueden ver pequeños talleres donde antes hubo cientos. De tantos que había, la gente podía cambiar de trabajo de un día para otro.
Las marisma de Galindo donde pude ver un cormorán. A pesar de los fondos contaminados (que no se tocan ni se revuelven) la vida retorna a su ser.
Y para terminar, ya en Barakaldo, tenemos los cargaderos de mineral de la Franco-Belga y la Orconera.
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