29 de noviembre de 2018

Los verdaderos culpables de la Piedroterapia

Otro de los descubrimientos de mi pasada participación en la Feria de Minerales de Plentzia fue que los principales culpables de las creencias populares que confieren propiedades curativas y mágicas a las rocas y minerales somos los coleccionistas y aficionados a los minerales. Me explico.

Estibina, Maraña, Léon. Mena de Sb, muy empleado en Metalurgia.
Se acercan varias personas a un puesto de minerales en una feria, se asombran de una Pirita de La Rioja por su forma, brillo y tamaño. Entonces, una de ellas dice que es una piedra muy especial porque si llevas una en el bolso siempre tendrás dinero. Todos se quedan maravillados y, por supuesto, se compran una bien grande. El encargado del puesto no dice nada.

Misma situación que antes pero ahora ante un Cuarzo Rosa. Por supuesto, éste también tiene propiedades esotéricas y  es muy decorativo con lo que las ventas están aseguradas. Y de paso cae un Ojo de Tigre que va bien para ¿las piedras del riñón?, y un Cuarzo Verde para ¿las diarreas?, y un Cuarzo Amatista para ¿la esquizofrenia? Pasividad tras el mostrador. Ja, ja, ja, ja.

He de aclarar que no presencié ninguna de estas "situaciones esotéricas" en la pasada Muestra de Plentzia exceptuando mi propio puesto, pero sí las he visto en otras y, por supuesto, en muchas ferias medievales, artesanales, etc.

El planteamiento que Aitor y yo hicimos el pasado fin de semana en Plentzia fue totalmente diferente dado que nuestra posición tras el mostrador era completamente activa. Para empezar, todo el que se paraba ante una pieza era abordado por nosotros y recibía todo tipo de datos interesantes: Origen, usos, historia, propiedades físicas y químicas, etc. Por supuesto, siempre había alguien que señalaba alguna propiedad esotérica, pero enseguida la desmontábamos con otras propiedades que no conocían.

No recuerdo las veces que mostré los Yesos Espejuelos como cristales, la Esfalerita Acaramealda de Áliva debajo de la luz para joyería, las piritas de Navajún para ahuyentar a los lobos, el origen marino de las Geodas de Cuarzo de Tubilla del Agua, el Azufre de Laredo para hacer petardos, etc.

La respuesta del público (grande y pequeño) tras nuestras explicaciones era sensacional. Y más de uno volvía al día siguiente porque quería tal o cual mineral, no por las propiedades curativas y esotéricas que pudiera tener o por su estética, sino porque les había encantado la historia que les habíamos dado sobre su origen o aplicaciones.

Ahí queda.

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