Estas semanas previas al verano estamos teniendo una primavera un tanto calurosa, sin duda más de lo habitual. Y habiendo coincidido durante este tiempo varias Ferias y Mesas de Intercambio de Minerales y Fósiles celebradas en plazas y zonas más o menos exteriores me surge la reflexión de esta entrada.
Habrá minerales, seguro que muchos, que lo resisten todo. Pero hay otros que tanto calor y tanta luz directa casi seguro que bien no les hace. A mi, ciertamente, además de los sudores que me produciría estar a 38 grados centígrados y a pleno sol, me daría un soponcio pensando en mis fluoritas, calcitas, sulfuros, etc., sufriendo las mismas condiciones. Al final estos no dejan de ser productos químicos que reaccionan igual que todos los demás a los cambios de temperatura y humedad, por ejemplo.
Me vienen a la mente no sé qué fluoritas de Asturias cuyos cristales explotaban literalmente al ser expuestos al sol y calor. Y también me asoman los preciosos cristales calidad gema de azufre de Laredo que reventarían como las susodichas fluoritas.
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