28 de marzo de 2017

Minerales: Objetos de muy alto valor añadido

Pudiera parecer que dado que los minerales que un coleccionista recoge y pone en su colección "están ahí en la naturaleza" no son gran cosa y que están al alcance de cualquiera. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Pirita sobre siderita, mina Josefa, Ontón, Castro Urdiales, Cantabria
Obviando el hecho de que en ocasiones hay que entrar en minas, canteras o afloramientos de manera alegal, y que hay que localizar "la geoda buena" (cosa que ocurre una de cada muchas visitas), llevar esa bonita pieza a la vitrina tiene un largo recorrido y un gran esfuerzo.

Para empezar hay que ir en coche a los sitios, muchas veces están realmente lejos y el viaje no es fácil ni barato. Después, hay que caminar y caminar cargando con herramienta y equipo, a veces hay horas de caminata. La vuelta es peor dado que hay que volver con el mismo peso más las piezas encontradas.

Esas piezas requieren un especial cuidado a la hora de sacarlas de su geoda, y para no dañarlas preferimos utilizar la mano desnuda. Eso provoca rozaduras y heridas, por no contar los golpes en dedos y manos de algunos de los porrazos.
Las piezas delicadas requieren un trato especial, se envuelven una a una y se guardan en tupperwares, cajas de plástico, etc. Es un momento importante y a veces se emplea incluso algodón. Las no tan delicadas se envuelven en papel una a una para que no se dañen entre ellas, y se colocan en cajas de fruta, de cartón o simplemente se meten con cuidado en bolsas de plástico (mi caso casi siempre).

En algunas ocasiones no sabemos lo que envolvemos porque está cubierto con arcilla o barro y, seguramente, mucho de lo que carguemos habrá que tirarlo a la basura.

Una vez en casa esas piezas hay que desenvolverlas una a una, lavarlas con agua y jabón, a veces (a mi no me gusta) tratarlas con alguna sustancia química, acumularlas y revisarlas. Después hay que clasificarlas, desechar algunas, etiquetarlas, ponerlas en cajitas, peanas, etc., y almacenarlas.

Y todo ese esfuerzo para muchas veces acabar sólo con una o dos en la colección.

Ahora haced cálculos del dinero, tiempo, experiencia y conocimientos dedicados y decidme si tienen o no un muy alto valor añadido.

Así que cuando alguien nos regale una pieza, puede que no muy bonita para nuestro gusto, pensemos en ello y agradezcámoslo en lo que vale.

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