10 de noviembre de 2022

Azufres nativos de El Aila, Laredo, Cantabria en la feria de minerales de Urretxu 2022

Si hay un yacimiento y un material que conozco bien es éste, lo que me permite saber si una pieza es buena o no, entendiendo por bueno algo que sólo encontrarías a día de hoy tras muchos viajes, muchas horas y sobre todo mucho trabajo. Durante tres años estuve visitando el yacimiento semanalmente, y siempre que he visitado una colección me he interesado especialmente por este material, también me he interesado por su historia pasada (es un yacimiento conocido desde el medievo) y presente (en los años 1970-1980 salieron piezas excepcionales).

Me sorprendió mucho encontrar en Urretxu 2022 bastante azufre de Laredo, lo mismo que verlo en algunos reportajes de la feria de Colmenar 2022. Es como si este año se hubiera puesto de moda tras unos cuantos un poco olvidado.


La pieza de arriba se pudo ver en el puesto de Juan Félix y como reza su etiqueta es una pieza muyyyyy antigua (50 años) recuperada por Mineid, uno de los buscadores de minerales cántabros más "prolíficos" de las últimas décadas. Encontrar algo así hoy no es imposible pero, o bien te das una paliza de lumbago anual excavando la arcilla gris pegajosa, o bien tienes la suerte de encontrar un bolo enorme tras un invierno del diablo. Por estas razones, a mi parecer la pieza hoy es excepcional. Bien es cierto que en Laredo se pueden encontrar cristales mayores y de mayor transparencia, pero en una pieza tan grande como la de arriba es complicado. Sin duda es una pieza de museo, y me consta que no muchos museos tienen tan bien representado el yacimiento.
 

En la fotografía de arriba se pueden ver otras piezas de azufre del mismo yacimiento, esta vez en el puesto de Juan Morillo. Es un material más acorde a lo que se puede encontrar hoy, aunque no sin trabajo o suerte. No se vaya a creer la gente que es llegar y besar el santo, que más de una y dos veces me he marchado de El Aila sin nada mineral. Las piezas distan mucho de lo mejor que se puede encontrar aún hoy, como demuestran las piezas que llevó Pedro a Colmenar, pero seguro que muchas colecciones actuales no las tienen así.


Precio justo o no, alto o bajo, es una cuestión subjetiva muy personal de cada uno. Sabiendo el trabajo que llevan estos azufres y lo poco agradecido que es el yacimiento hoy, cuando el acantilado está medio hundido sobre él (cosa que no pasaba en 1972), me parecen hasta baratos para alguien que colecciona este tamaño y calidad. 

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