Se trataba de una simple goethita de tan sólo 4 cm, un mineral de hierro sin mayor interés por estos lares. Sin embargo, tenía una forma caprichosa que más bien recordaba a un diseño artístico de algún escultor de vanguardia.
Y es que muchas veces la naturaleza supera nuestra imaginación y sin duda sirve para su inspiración.
Este hallazgo lo realicé en las minas de Dícido (Mioño).
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