Alberto me explicó que el museo fue creado hace más de 30 años a partir del Museo Oriental de los Filipinos en Valladolid, que actualmente ronda las 1000 piezas y que la mineralógica (dividida en minerales del País Vasco, minerales de España y minerales espectaculares) es una pequeña parte del mismo. Todo esto lo convierte en una de las colecciones privadas más interesantes de España.
En diversas ocasiones han cedido algunas de las piezas de la colección mineralógica y paleontológica en exposiciones temporales en otros museos nacionales o en Fosminer. También han organizado exposiciones temporales en muchas ocasiones en colaboración con varios museos.
En la actualidad, poseen el único esqueleto completo de cachalote del País Vasco que los niños del colegio respetan como si fuera suyo. También tienen una colección de colibríes digna de admirar y, obviamente, la suerte de poder visitar un museo sin salir del colegio.
A diferencia de otros museos de similares orígenes (me viene a la mente el de los padres Paúles de Villafranca del Bierzo, León), éste sigue creciendo e incorpora año a año nuevos elementos ya sea bien mediante donaciones, bien mediante compras o incluso mediante intercambios con otros museos. En esta línea, curso a curso los niños plantan un árbol singular que pasa a formar parte del museo. Y por ello, también les doné en nombre de Víctor Cañadillas una chabazita de Gran Canaria.
Chabazita de Gran Canaria donada al museo |
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