¡Cuánto nos miramos al ombligo y qué poco lo hacemos al cielo! Y sin embargo, en otros tiempos nuestro destino estuvo gobernado por él. Ahora, nos creemos que unas pocas ecuaciones que explican el movimiento de los astros e incluso el nacimiento, vida y muerte de las estrellas son suficientes para obviarlo. ¡Qué lejos de la realidad!
Para que no me pase lo mismo en este mundo de prisas y ruido mi Olentzera me ha vuelto a regalar un bonito libro de divulgación científica por Navidad, uno de los más relevantes del momento en cuanto a los astros se refiere.
Paradójicamente, Sir Isaac Newton nació en Navidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario