Hace unas semanas tuve la oportunidad de ver una goethita de La Arboleda (Vizcaya) espectacular, con mucha diferencia la mejor que conozco, lo cual es mucho decir teniendo en cuenta que durante los últimos 10 años he visto unas cuantas colecciones vizcaínas.
Esto no tendría nada de particular si no fuera por el hecho de que la pieza en cuestión:
i) fue extraída recientemente,
ii) fue extraída por un coleccionista de la zona, y
iii) fue extraída por un coleccionista que lleva varias décadas recogiendo minerales.
La conclusión es clara. No por mucho correr amanece más temprano. Con paciencia, observación, organización, colaboración y trabajo se pueden extraer piezas a la altura o incluso mejores que las que se rescataron durante la explotación minera. Y digo mejores porque durante la explotación, normalmente, no se permite el acceso a coleccionistas y las pocas piezas que salen lo hacen sin los cuidados y cariños necesarios.
Un vez más la demostración de que los coleccionistas más que expoliar rescatan piezas que de otra manera quedarían enterradas para siempre entre la maleza, y la demostración de que un coleccionismo regulado y organizado nos beneficiaría a todos.
¡Ojalá el 2018 sea el año del cambio!
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