16 de octubre de 2017

Pozo Gerente-Coto Lorenza, Abanto-Zierbena (Vizcaya)

Con la información que doy en esta entrada (los recursos originales y completos están al final) pongo algo de luz al asunto de los verdaderos nombres de las minas en Las Carreras en Abanto-Zierbena (Vizcaya).

Para empezar, el paraje minero en torno al actual Pozo Gerente en época preinsdustrial era conocido como Fresnedo. La primera demarcación minera data de 1866 y el fin de las explotaciones ocurrió en 1971 (tras unos 100 años de actividad minera). Todo el coto se denomina coto minero Lorenza y está conformado por:
- Minas Confianza y Lorenza (zona Pozo Gerente) son las minas centrales y fueron explotadas principalmente por Triano Iron Ore, Co. Ltd (empresa afincada en Bilbao y popularmente conocida como Minas de Triano).
- Mina Domingo (próxima a la mina Confianza) explotada por empresas como Uribe y Urioste entre otras (Ramón de la Sota y su primo Eduardo Aznar y de la Sota también).
- Minas Santa María y Marianela en el entorno de la cueva La Gitana explotadas por capital holandés de Gerardo Lorenzo María Van Es entre otros.
- Minas Isabela, Julianita y Clotilde.

Hay que tener en cuenta que en aquella época arrendar y subarrendar minas era una práctica habitual, y que nombrar una mina por el apellido del propietario podía ser más común que hacerlo por el nombre de la concesión o mina. Precisamente, éste es el caso de la mina Lorenza que en la década de 1950 fue adquirida y explotada hasta 1970 (cierre) por Gonzalo Elosua Richter-Vicente Elosua Miquelarena. Por esa razón algunas piezas de colección de esa época final de la mina se ven etiquetadas como mina Elosua en lugar de mina Lorenza. Para complicar más las cosas, en 1950 Vicente Elosua Miquelarena también compró las minas Santa María y Marianela que cerraron en 1971.

Con esta entrada vengo a completar otra que realicé con anterioridad de los Minerales de Abanto-Zierbena.

En la web del Ayuntamiento de Abanto-Zierbena se puede encontrar este documento en PDF del Plan de Acción del Paisaje Extractivo del Pozo Gerente-Coto Lorenza en Abanto. Documento de Diagnosis. Para facilitar su lectura y ante una hipotética pérdida del link en el futuro he insertado el texto (no las figuras) en esta misma entrada.

2. ANÁLISIS DEL MEDIO
2.1. PATRIMONIO MINERO

Contexto histórico
La historia del Pozo Gerente es la historia de la antropización de un paisaje y un claro ejemplo de la recuperación de espacios naturales que, tras haber sido modificados físicamente por la acción humana, son capaces de asimilar los cambios producidos en su morfología y darles un nuevo sentido. La fisonomía actual de este bello paraje, es fruto de la historia de un pueblo que, lejos de renunciar de sus orígenes, desea revalorizarlos desde una perspectiva transversal que aúne patrimonio medioambiental y patrimonio cultural. Para ello, es necesario hacer un viaje al pasado, un viaje que acerque al imaginario de los habitantes de Abanto – Zierbena la configuración original de la zona conocida en la época preindustrial como Fresnedo y la evolución de su paisaje desde la primera demarcación minera en 1866 hasta el fin de las explotaciones en 1970. En definitiva, cien años de continuos cambios que han conformado el actual paisaje del municipio.
El siglo XIX fue una centuria de grandes cambios en toda Europa; cambios sociales, económicos y políticos que también afectaron de lleno al territorio histórico de Bizkaia y, en consecuencia, al área minera de Triano. El convulso ochocientos, inestable políticamente en el continente, desarrolló una serie de nuevas estrategias económicas que favorecieron el despegue de Bizkaia con la minería como motor.
Hasta 1827, momento en el que se introducen los primeros cambios en la organización de la minería, que se trabajaba conforme a procedimientos y criterios tradicionales, sólo era objeto de explotación intensa un territorio no muy amplio en el monte de Triano, donde abundaba vena, el tipo de hierro más rico y el único utilizado en las ferrerías, a las que por entonces abastecía la minería vizcaína. No estaba regulada la forma en que un minero podía hacerse con una mina. Conforme a la legislación foral y a la práctica minera existía un régimen de libre apropiación, aunque ésta estaba limitada a los habitantes vizcaínos. Por lo demás, el inicio de una explotación creaba derechos suficientes para mantener el uso y disfrute de la mina abierta. Tales derechos no equivalían a un título de propiedad, pero el usufructo era indiscutido, cualquiera que fuese la forma en que se trabajaba o la superficie de la explotación. Eso sí, para que se mantuviesen tales derechos se requería el mantenimiento de los trabajos. La extracción tradicional del hierro estaba basada en el desorden y la explotación anárquica, sin orden ni concierto se abrían huecos en la tierra hasta su agotamiento, momento en el que se buscaba otro lugar cercano con mineral a flor de tierra y se repetía la operación.
A pesar de las denuncias durante el siglo XVIII sobre el sistema de explotación de las minas, que provocaba abusos y accidentes, no fue hasta 1816 cuando la Junta General
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de Vizcaya nombró una comisión que analizaría los medios para mejorar la producción de hierro. El resultado fue la aprobación, en 1818, del primer Reglamento de Minería, el cual intentaba organizar el sector, conservar los esquemas forales de la explotación de las minas y racionalizar los trabajos. A este reglamento, le siguieron sucesivas leyes que favorecieron una explotación organizada de las minas, leyes siempre amparadas en los fueros que daban exclusividad de usufructo minero a los vizcaínos (Ley General de Minas de 1825, Reglamento de Minería de 1827, Ley General de Minas de 1849, Ley de Minas de 1859).
Sin embargo, el gran cambio se produjo con la promulgación del Decreto – Ley de 9 de diciembre de 1868, por el cual se liberaba plenamente el sector minero, permitiendo la acumulación indefinida de pertenencias a un propietario, hasta entonces limitada a ocho, lo que provocó en Bizkaia el sistemático registro de concesiones. Así, se demarcaron legalmente un gran número de minas en las zonas que habían conocido la apropiación en la fase anterior, pero el suceso más significativo fue la extensión del registro de minas a otros distritos, apenas ocupados hasta entonces, que se demarcaron en su totalidad. De esta manera sucedió en Galdames, Sopuerta, Güeñes, Muskiz y en el propio municipio de Abanto – Zierbena, donde se amplió el área de explotación minera hacia el barrio de Las Carreras.
En Abanto – Zierbena, la liberalización del sector minero, junto al cada vez más evidente, sobre todo a partir de 1859, agotamiento del mineral de hierro en el núcleo central de Triano trasladó, como ya se ha mencionado, los trabajos cada vez más lejos del mismo. Entonces le tocó el turno a las minas localizadas en la vertiente más baja de los Montes de Triano, al oeste de Abanto -Zierbena, adyacentes al cauce del río Cotorrio: Inocencia, Carolina, Rubia, Confianza, Domingo o Lorenza, entre otras. La mayoría de ellas, tal vez por la distancia que las separaba de la principal zona de explotación, se mantuvieron en activo hasta bien entrado el siglo XX, lo que ha favorecido la conservación de sus áreas extractivas, de beneficio y de transporte, con sus pertinentes instalaciones: planos inclinados, hornos de calcinación, lavaderos de mineral, estaciones de tranvías aéreos, cargaderos de mineral, machacadoras de piedra, vías de arrastre, ferrocarriles y barrios mineros…la mayoría en un estado más que aceptable, sin perder totalmente su naturaleza.
De entre todas esas minas registradas en el último cuarto del siglo XIX, interesan, a tenor del presente estudio, la mina Domingo, la mina Confianza, la mina Lorenza, la mina Marianela, la mina Santa María y, ya en Muskiz, la mina José, con sus respectivas demasías, puesto que su explotación ha conformado el actual paisaje del Pozo Gerente en el barrio de Las Carreras.
Al igual que ocurría en el resto de los distritos mineros, la explotación de las minas de Las Carreras no corrió a cargo de las personas denunciantes de las minas, sino que éstos arrendaban la explotación a empresas o particulares para su usufructo. Así ocurrió, por ejemplo, con las minas centrales del paisaje, Confianza y Lorenza, que fueron explotadas principalmente por la compañía de capital británico Triano Iron Ore, Co. Ltd.; la mina Domingo y sus Demasías, que a lo largo de su historia fueron arrendadas a diferentes empresas (Uribe y Urioste, Comunidad de Partícipes de la mina Domingo, etc.), las minas Santa María y Marianela, que durante años estuvieron en manos de una compañía de capital holandés dirigida por Gerardo Lorenzo María Van Es, Administración de las minas Santa María y Marianela, o la mina José, explotada por diferentes comunidades de partícipes dependiendo del momento.

A menudo la empresa arrendataria no llevaba a cabo todo el proceso productivo por su cuenta, sino que, nuevamente repitiendo un hecho habitual en la minería, subarrendaban las minas a cambio de un importe fijo y un variable que dependía de la producción. Así ocurrió con la más importante de las compañías que operó en Fresnedo: The Triano Iron Ore, Co. Ltd. arrendó las minas Confianza, Lorenza y Petronila, esta última fuera del área de estudio, poco tiempo después de su registro en 1866. Siguiendo el sistema habitual de explotación minera de estas empresas extranjeras, y también de los grandes empresarios vizcaínos del momento (Chávarri e Ybarra, entre otros), las tres minas fueron subarrendadas en 1880 a la Cooperativa MacLennan Hermanos y Cía, por un período indefinido de tiempo. El contrato, firmado por Francisco MacLennan, hermano del importante empresario minero José MacLennan, quien también formaba parte de la compañía, establecía el pago a la Triano de 7,25 pesetas por tonelada extraída, con un mínimo anual de extracción de
15.000 toneladas en la Petronila y 30.000 toneladas en las minas Lorenza y Confianza. Sin embargo, desconocemos si los términos del contrato fueron satisfechos debido a que no hay registro de la producción anual de dichas minas en el período de explotación de los MacLennan (1880 – 1888)1.
La primera vez que estas minas aparecen en los registros de producción trimestral será el año 1890, momento en el que, según dichos registros, la explotación corre a cargo del industrial alemán Otto Kreizner (Wiesbaden 1843 -Wiesbaden 1905) quien, afincado en Bilbao, se dedicará a la explotación de minas, no sólo en Bizkaia, sino también en Galicia y Andalucía, asociado en algunas ocasiones a Ramón de la Sota. Durante la escasa década que Kreizner trabaja en las minas de la Triano, las minas alcanzarán altas cotas de producción, destacando la mina Confianza sobre las otras dos y convirtiéndose en la más importante de las posesiones de la Triano Iron Ore Co. Ltd. en el coto de Fresnedo, por cuanto producía en torno a las 25.000 toneladas trimestrales, superando incluso a las 35.000 toneladas en 1893. Por su parte, la Petronila llegó a producir casi 9.000 toneladas en 1898 frente a las 1.645 toneladas de la Lorenza en el mismo año2.
1 GLASS, Eduardo Jorge. Bilbao´s modern business elite. (Reno: University of Nevada), 1997, pág. 64. 2 MONTERO, Manuel. La California del hierro. Las minas y la modernización económica y social de Vizcaya. (Bilbao: Ediciones Beta), 2005, pág. 136.
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Pertenencias de The Triano Ore Co. (1924)
La ampliación del ferrocarril de Triano hasta Muskiz en 1892 supuso un gran empuje a la industria minera de Las Carreras, ya que la compañía Triano Iron Ore Co. Ltd. se aseguró, antes de la inauguración de la línea, un contrato con la Diputación de Bizkaia para el uso del tendido ferroviario. Esta nueva vía de salida del mineral dio lugar a que, a iniciativa de Kreizner, sobre las pertenencias de la mina Domingo se llevara a cabo la construcción de infraestructuras mineras que favorecieron tanto a la explotación de las minas Confianza y Lorenza, como al transporte del mineral. Son numerosos los expedientes que, a instancias de Otto Kreizner, se abrieron en la década de 1890, bien para desviar el cauce del río Cotorrio3, bien para desviar caminos de acceso a las minas, establecer planos inclinados o realizar rellenos4. Gracias a sus obras de acondicionamiento, Otto Kreizner es, por tanto, uno de los agentes principales en la creación del paisaje del Pozo Gerente.
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A principios del siglo XX, una vez retirado Otto Kreizner, la compañía minera The Triano Iron Ore Co. Ltd. continuó con la explotación de las instalaciones mineras, sobre las que tenía derecho real de arrendamiento a perpetuidad5, alquilando sus minas a la empresa Uribe y Urioste, propiedad de Federico de Uribe, Hilarión Urioste y Alfredo Urioste. La rescisión del contrato de arrendamiento con estos, finalizado en 1918, fue el detonante de la crisis de la compañía británica y del abandono de sus intereses en la zona de Fresnedo.  La Triano se vio inmersa en un largo pleito que desembocó en el
3 AHFB, Administración de Bizkaia, Obras, transportes y comunicaciones, Aguas. Aprovechamiento,
caja nº 1, legajo 3, expediente nº 6 (1897)
4 AHFB, Archivo Municipal de Abanto y Ciérvana, 0079/034
5 AGPV, INEMB 00058-020, ELKAG-DE-C91-B3 (1918)

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embargo de los bienes de la compañía en 1923, lo que la incapacitó para continuar con la explotación de sus minas que, en consecuencia, a lo largo de todo el año 1925 estuvieron paradas, incluso las bombas de desagüe6, dando comienzo así a la inundación paulatina del área de explotación que hoy en día se conoce como Pozo Gerente.
La liquidación de la Triano Iron Ore (1914) Co. Ltd., nombre que adquiere a partir de 1914, a principios de los años treinta del siglo XX, abrió una nueva etapa de explotación. Empresarios mineros, algunos de los cuales ya habían estado ligados al coto como Federico de Urioste, compraron los derechos adquiridos en el siglo XIX por la compañía británica, y se dedicaron, a partir de entonces, a la extracción y beneficio del mineral aprovechando las instalaciones ya existentes. Sin embargo, la capacidad productiva del coto fue disminuyendo progresivamente, los filones se fueron agotando y las deudas acuciaron a los empresarios, por lo que en 1947 fueron embargados y subastados los bienes, derechos, material y participaciones del coto minero a Urioste, que fueron comprados por el Banco de Bilbao. El banco tuvo en propiedad la demarcación hasta su venta, a finales de los cincuenta, momento en que fue vendido a Gonzalo Elosua Richter, cuyos herederos aún conservan los contratos de arrendamiento a perpetuidad. Finalmente, todas las minas de este coto cerraron en 1970 debido a la ineludible crisis del sector.
Minas que conformaron el paisaje minero del Pozo Gerente en el paraje de Fresnedo
Domingo y Confianza. ACMMG 13-07.JPG
ACMMG 13-07 (1898)
La mina Confianza fue registrada con número de expediente 80 en julio de 1866 por Ramón Maiz, marido de Trinidad Ulacia. Trinidad era integrante de la élite de dueños de minas de Triano, y poseedora también de la Inocencia y la Magdalena. A lamuerte de su marido heredó la propiedad de esta mina 7. En un documento de 1889 describen el criadero de la Confianza como “una importante masa de hierro de la clase llamada
6 AGPV, INEMB 00061-007, ELKAG-DE-C91-B3 (1925) 7 AGPV, INEMB 00368-005, ELKAG-DN-C109-B4 (1889)
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Rubio, y cuyos afloramientos constituyen casi por completo la superficie total de la demarcación”8; y diez años más tarde, en 18999, los planos de labores del coto minero explotado por la Triano Iron Ore Co. Ltd., ya muestran la existencia de un plano inclinado ascendente que transportaba el mineral desde las galerías de la mina Confianza hasta los dos lavaderos junto al río Cotorrio, uno pequeño para la Lorenza y otro para la Confianza, de tamaño más grande con cuatro trómeles en los que se lavaban 50 toneladas diarias de mineral. Junto a este plano inclinado, también se había construido un horno de calcinación que daba servicio a las dos minas. Una vez beneficiado el mineral, era de nuevo transportado por el plano inclinado ascendente hasta los depósitos ubicados en paralelo al ferrocarril de Triano, en una cota superior. En ese lugar continúa en pie la casa de máquinas que albergaba el cabrestante del plano inclinado ascendente, y desde la cual se vertía el mineral a las vagonetas que, mediante una vía de servicio, discurrían paralelas al trazado del ferrocarril hasta volver a unirse al mismo.
La mina Lorenza fue demarcada con el número de expediente 87 en 1866 por Basilio de la Rica, quien la llamó así en homenaje a su esposa Lorenza. Posteriormente, cedió a José Miguel Urioste, el arrendamiento a perpetuidad de la mina y, al igual que ocurrió con la mina Confianza, Urioste subarrendó la Lorenza a la Triano Iron Ore Co. Ltd. al poco tiempo de ser registrada, asegurándose así un ingreso fijo de la explotación.
La mina Lorenza tenía su área de extracción a cielo abierto, consistente en varios niveles que dividían el criadero en pisos de 12 metros de altura, denominados 100, 80 y 70, con una galería central de arrastre en cada uno de ellas. El mineral era transportado por un cabrestante que ascendía 8 toneladas de mineral por un plano inclinado hasta el cargadero del ferrocarril de Triano, si bien, cuando el mineral dejó de ser de gran calidad, los arrendatarios de la mina se vieron obligados a construir lavaderos de mineral y dos hornos de calcinación para aumentar su ley.
A principios del siglo XX, como la Lorenza y la Confianza eran explotadas por la misma compañía, compartían instalaciones y The Triano Iron Ore Co. Ltd. instaló un lavadero para beneficiar las chirtas que aparecían en su mina, así como los menudos de la mina Confianza. Para ello utilizó dos trómeles, con los que conseguía tratar 40 toneladas de mineral, con una producción en el año 1910 de 500 toneladas. Ya en los años cincuenta del siglo XX, Vicente Elosúa Miquelarena – último empresario que explotó la mina – decidió construir un nuevo lavadero aprovechando las antiguas instalaciones junto al río Cotorrio, en uno de los taludes del cauce, localización propicia para deshacerse de las aguas sucias, que se vertían directamente al río. Constaba de un trómel de chapa metálica de 4,75 m. de largo por 3,5 m. de ancho; la parte cilíndrica tenía 3,50 m. de largo y la cónica 1,25 m. Estaba movido por un motor eléctrico de 4 HP, que lo impulsaba a 4,5 vueltas por minuto. El agua se conseguía de un depósito,
8 AGPV, INEMB 00368-005, ELKAG-DN-C109-B4 (1889) 9 ACMMG, 13-07 (1898)
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Lorenza 1956. Libro agua To.o.jpg
situado junto a la estación del ferrocarril de Triano. Las tierras ferruginosas se llevaban en vagonetas hasta una masera situada en un nivel inferior y el mineral lavado se subía a través de un plano inclinado, habilitado en sus inmediaciones para el transporte del calcinado del horno. Ya en la cota superior, el mineral limpio se almacenaba en un depósito hasta el momento del transporte, que se realizaba con camiones.
Para la calcinación del mineral, originalmente la mina Lorenza aprovechaba el horno de la mina Confianza, sin embargo, los cambios de titularidad en los arrendamientos originó que en la primera mitad del siglo XX se construyesen dos nuevos hornos de calcinación de carbonato para la Lorenza, hornos que producían unas 20 toneladas al día de mineral. Uno de ellos, que ha llegado hasta nuestros días, fue modificado en 1953, tras la compra de la mina Lorenza por Gonzalo Elosua Richter quien, al adquirirlo, fue consciente de que era un fracaso la utilización de ventilación forzada, ya que esta proporcionaba un tiro excesivo. Por ese motivo decidió levantar la actual chimenea cónica de ladrillo vista. Esta chimenea se coronaba con una tapa giratoria que permitía regular su cierre-apertura. Se mantuvo en funcionamiento hasta 1970.
Al material calcinado se le daba salida a través de un plano inclinado que lo ascendía a unos depósitos situados en la zona superior de la explotación. Así, una vez tratado el mineral en las infraestructuras mineras ubicadas junto al río Cotorrio, lo elevaba mediante un plano inclinado hasta las vertederas, donde un tranvía aéreo lo conducía hasta los cargaderos que la compañía había construido junto a la estación de Muskiz, sacando el mineral por el ferrocarril de Triano hasta los cargaderos de la Ría.
La explotación minera se cerró en 1970 debido al descenso de las ventas a Ensidesa, empresa que por entonces compraba el mineral extraído en esta mina, pero antes, en 1968, se construyó un nuevo horno, en este caso metálico. Esta infraestructura fue realizada por el ingeniero de minas Juan Miguel Albisu por un importe total de tres millones de pesetas. El objetivo de esta inversión fue aumentar la producción, dada la escasa capacidad del otro horno de ladrillo que había en las instalaciones. Con el nuevo horno se pretendía pasar de 80 toneladas a 100 toneladas de capacidad por día. Sin embargo tan sólo funcionó durante unos meses en 1970, ya que posteriormente se cerró la mina. De sección circular de 17 metros de altura, posee un silo tolva situado en la zona inferior y sustentado por seis pilares de hormigón armado, con una capacidad de 230 toneladas de calcinado. Su tragante se encuentra cubierto por una estructura giratoria mediante un mecanismo de piñón y correa cuya función es distribuir el mineral por medio de vertederos, seleccionando los finos mediante una parrilla.

Incorpora mecanismos neumáticos en el manejo de parrillas y compuertas y una distribución automática de la carga mediante la cubierta giratoria superior. Aprovecha el aire precalentado en el silo tolva, aire que contribuye al enfriamiento del calcinado. El horno posee cuatro bocas de descarga y está circundado por una plataforma volada de trabajo. Su capacidad era de 80 a 100 tn/día de carbonato calcinado y tenía una altura útil de cuba de 14 m. El diámetro interior en tragante y el diámetro medio eran de 4 m., mientras que el diámetro inferior vientre era de 4,40m. El espesor de la camisa refractaria era de 0,45 m. y la chapa de acero envolvente era de 8 mm. De esta zona inferior partía una cinta transportadora, sustentada por caballetes metálicos, que alimentaba al horno. El horno va colocado sobre estructura de hormigón armado, constituida por 6 apoyos dentro de la cual va un silo-tolva de forma hexagonal con una capacidad aproximada de 230 toneladas. El volumen de este silo permite dejar el carbonato calcinado para que se enfríe.
Las instalaciones de la mina en la actualidad se reducen a un depósito de mineral, en cuyas inmediaciones se encuentra un taller mecánico de cronología reciente, restos del antiguo lavadero de mineral junto al río Cotorrio, dos hornos, el antiguo de ladrillo visto y el metálico que fue construido en un momento en que el sector estaba ya en crisis. Más alejado del núcleo de explotación, junto al Pozo Gerente, queda el edificio de oficinas, fragua y cuadra de la mina.
La mina Domingo fue demarcada en 1883 por José Aniceto Errazquin y Astigarraga, con número de expediente 409. La mina estaba formada por 18 pertenencias que ocupaban 180.000 m2, de los cuales, Errazquin cedió 102.100 m2 en permuta a Juan Bautista Cortés y Garteis en 1883, quedándose para sí 77.900 m2, a cambio de 1/8 (12,5%) de la mina José y 1/8 (12,5%) de su demasía. El propio Errazquin, también registró en 1884 la Demasía a Domingo I, de 3.400 m2 y número de expediente 2887, y en 1888 la Demasía a Domingo II, de 2.700 m2 y número de expediente 2886. En 1896, todas las pertenencias mineras de Errazquin, el 43,27% de la mina Domingo, las Demasías a Domingo I y II, y 1/8 de la mina José y su Demasía, son vendidas al empresario naviero Ramón de la Sota y a su primo, Eduardo Aznar y de la Sota.
Domingo. ACMMG 12-08 (1).JPG
ACMMG 12-08 (1959)
Su devenir histórico es paralelo al de la mina Confianza, no en vano, debido a su proximidad y al uso de la superficie de la demarcación de la Domingo para las instalaciones de beneficio de la Confianza, los arrendatarios de la mina Domingo pagaban un canon a la Confianza por el uso de sus infraestructuras de lavado, de calcinado y de transporte, tanto interno como externo. La mina y sus demasías fueron explotadas desde antes de 1920 por Julio Benito del Valle, un reconocido industrial minero que también formaba parte del Consejo de Administración de Ferrocarriles Vascongados, y por Federico de Urioste, quien así mismo había sido arrendatario de la Confianza, ambos asociados en la Comunidad de Partícipes de la mina Domingo y su Demasía. Esta comunidad se encargó de la explotación de la mina Domingo, llevando a cabo nuevas infraestructuras como un plano inclinado de 110 metros y 32,5% de pendiente media (1958), extrayendo más de 15.400 toneladas de mineral bruto al año y empleando a 16 obreros en sus instalaciones hasta el cierre definitivo de la misma en 197010.
La mina Marianela había sido registrada en 1890, pero su explotación no se inició hasta principios del siglo XX. En 1917 José Manuel de Aguirre solicitó una demasía de la misma, la cual vendió, junto a la mina Santa María en julio de ese año al holandés Gerardo Lorenzo María Van Es Sauveur, vecino de Rotterdam, y explotador de otras minas en la jurisdicción. Van Es, asociado junto con otros interesados, crea en 1922 la sociedad Administración de las minas Santa María y Marianela, para una mejor explotación de las minas.
La explotación de la mina era al aire libre, en cantera, desde la que por un plano inclinado ascendente se transportaba el mineral hasta la parte más alta, donde se
10 AGPV, INPLB 00048-013, ELKAG-DE-C182-B5 (1965)
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encontraba la  casa de máquinas. Desde allí se vertía el mineral a unos depósitos en los que tenía su inicio un tranvía aéreo que transportaba el mineral hasta los cargaderos del ferrocarril de Triano. Este tranvía se construyó a iniciativa de Van Es en 1917, fecha en la que pide permiso al ayuntamiento de Abanto – Zierbena para atravesar con un tranvía aéreo el camino de Las Carreras a Cotorrio11. Finalmente, el tranvía aéreo de tipo ROE, con una longitud de 700 metros, fue inaugurado en 1919. La infraestructura se componía de una estación de carga, donde se instaló un motor eléctrico de cinco caballos de fuerza, una estación de ángulo para salvar los trabajos de explotación de otras minas, y una estación de descarga junto al ferrocarril de Triano.
Hacia 1935 se debieron de construir los dos hornos de calcinación que aún se conservan, si bien uno de ellos se encuentra en muy mal estado de conservación, en la demarcación de las minas Marianela y Santa María. Ambos hornos están realizados en ladrillo visto al exterior y refractario al interior, son de cuba troncocónica, modelo Cleveland, con cuatro bocas de descarga de arco rebajado y abocinadas, y no conservan elementos metálicos (cono, compuertas, cellos,…). En origen tendrían una altura de unos 12 metros y un diámetro aproximado de 3 metros, aunque en la actualidad carecen de la parte más alta.
Actualmente, en el paraje conocido como Altos de San Lorenzo, aún se pueden localizar sendos accesos a galería comunicados entre sí pero dispuestos en dos laderas diferentes del alto. En el lateral norte se abre una boca reforzada en arco de medio punto dovelado, que en la actualidad ha sido cegada con ladrillo, y en la ladera sur, el acceso a la galería se ha reforzado con muro de mampostería y dintel recto. Desde esta boca sale una vía de arrastre que, probablemente, acercaría el mineral hasta el horno de calcinación y hasta la estación de carga del tranvía aéreo.
También se conserva la casa de máquinas del pozo maestro, de la cual se tiene constancia ya en 1921. Este edificio debió de emplearse para albergar la maquinaria que facilitaba el acceso a la galería principal, la cual llegaba hasta esta edificación. La documentación de la época habla de la existencia del oficio de ascensorista en esta mina, por lo que con seguridad, éste llevaría a cabo sus labores en este edificio. Esta casa de máquinas es una construcción de planta rectangular en profundidad, con muros labrados en mampostería, reforzados en los esquinales con sillares y cubierta a dos aguas con teja plana y caballete perpendicular a la fachada principal. En esta se abre un acceso adintelado con decoración de recerco de ladrillo e imitando un arco en el dintel. Escasos vanos se rasgan en las fachadas laterales, uno por muro, que se refuerzan a su vez con ladrillo. Delante de ella, se encuentra un pequeño edificio que pudo albergar el almacén de la mina.
En 1950 las minas Santa María y Marianela son compradas por Vicente Elosua Miquelarena, el cual la tuvo en explotación hasta 1971, año en que paralizó la actividad minera debido a la crisis del sector.
11 AHFB, Archivo Municipal de Abanto y Ciérvana, 0493/032 (1917I
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Santa Mar.a y Marianela (1920) INPLB 202-15-001.jpg
AGPV, INPLB 202-15 (1920)
La mina José fue registrada en de 1871 por Juan Bautista Cortés con el número de expediente 389 y 226 pertenencias que son reducidas a 17 en 1893. La explotación subterránea de la mina, a la que se accedía mediante un plano inclinado de 130 metros de longitud  con un desnivel de 30%, contaba con galerías que atravesaban en ocasiones los pertenecidos de la mina Lorenza, llegando incluso hasta las labores de la mina Santa María, en el paraje conocido como los Altos de San Lorenzo.
El mineral extraído era calcinado en un horno de calcinación que, tal como aparece recogido en el plano de labores de 1904, se localizaba junto al ferrocarril de Triano, sin embargo, probablemente por la lejanía con respecto a la bocamina, fue sustituido por un nuevo horno,  que aún se conserva, y que sufrió modificaciones en la década de 1950 de la mano de. Mendizabal, quien tenía arrendadas las instalaciones. Este nuevo horno tenía una altura de 13 metros y contaba con cuatro puertas y ventilación forzada, lo que le permitía producir entre 90 y 100 toneladas al día. Ya en la época de Esteban Puertollano, quien arrienda la mina en 1953, se realizan otras dos reparaciones: una primero con ladrillo refractario y una segunda, hacia el año 1964, en la cual se sustituyen los dos tercios superiores de la lámina refractaria por un mortero elaborado a partir de cemento loctite y áridos obtenidos del ladrillo, con objeto de que soportase mejor las altas temperaturas que se alcanzaban por la noche y que provocaba la fácil ruptura del ladrillo con los golpes. El mineral calcinado en el horno caía sobre una parrilla fuera del mismo y, de ahí, a un depósito tolva que lo depositaba primero en las vagonetas y desde 1962, mediante la incorporación de otra tolva adecuada, sobre una cinta que lo elevaba a un depósito exterior de hormigón. Desde éste se transportaba por un plano al puerto de mineral de 110 metros del ferrocarril de Triano junto a la estación de Memerea, para llevarlo por vía férrea a los cargaderos de Sestao. Más tarde, cuando el transporte por carretera se abarató, el mineral era vertido directamente en los camiones, ubicados a menor cota, que lo transportaban hasta factorías como S. A. Echevarria.

Para aprovechar los menudos y los escombros que en un principio no servían para calcinar directamente, se construyó una trituradora que machacase dichos escombros y poder añadirlos al horno. Esta trituradora se colocó junto al horno y recibía los minerales desde una vertedera ubicada a cota superior. A ésta llegaban dichos escombros desde la vía de arrastre del plano inclinado de la mina
En los años cincuenta, la mina José fue adquirida por Fernando Hoya González, quien en 1955, la vendió a María Salomé Cortés Sagarraga. En los años setenta, en 1972, se cesó toda actividad en la explotación que era llevada a cabo por la Comunidad de Propietarios de la mina José, la cual era filial de la Comunidad de Partícipes de la mina Domingo y su Demasía12.
Jos.. 48-002-E012.JPG
AGPV 48-002-E012 (1952)
El patrimonio industrial-minero de esta zona ha sido estudiado en el Inventario de Patrimonio del Gobierno Vasco realizado en la década de los años 90 y en el Atlas del Paisaje y Patrimonio impulsado por el Museo Minero. Las principales demarcaciones explotadas por la "Triano Ore Company Limited", compañía inglesa afincada en Bilbao y conocida popularmente como "Minas de Triano" fueron como ya hemos dicho con anterioridad: Lorenza, Confianza, donde está ubicado el Pozo Gerente, Isabela, Santa María, Marianela, Julianita, Clotilde y Domingo. Hasta la fecha, y en la documentación consultada, el conjunto de minas objeto del Diagnóstico se agrupan bajo el nombre de Coto Lorenza.
12 AGPV, INEMB 00101-017, ELKAG-DE-C91-B6 (1958)
PLAN DE ACCIÓN DEL PAISAJE EXTRACTIVO DEL POZO GERENTE -COTO LORENZA EN ABANTO. DOCUMENTO DE DIAGNÓSIS


COTO MINERO LORENZA 0001.
Pasamos a continuación a señalar las zonas funcionales y el proceso productivo y de trabajo que tenía lugar en la zona y que evidentemente ha condicionado el paisaje. Su conocimiento ayuda a entender y a interpretar el paisaje y a que todos los pasos a futuro se den con las máximas garantías.
La mina Lorenza tenía su área de extracción a cielo abierto. El mineral sacado subía directamente por un plano inclinado hasta el cargadero del ferrocarril de Triano, si bien, cuando el mineral dejó de ser de gran calidad, los arrendatarios de la mina se vieron obligados a construir lavaderos de mineral y hornos de calcinación para aumentar su ley. Así, una vez tratado el mineral en las infraestructuras mineras ubicadas junto al río Cotorrio, lo ascendía mediante un plano inclinado hasta las vertederas, donde un tranvía aéreo lo conducía hasta los cargaderos que la compañía había construido junto a la estación de Muskiz, sacando el mineral por el ferrocarril de Triano hasta los cargaderos de la Ría.
En el caso de la mina Confianza, esta sacaba el mineral en el actual pozo Gerente, de ahí lo ascendía mediante una vía de arrastre hasta el río Cotorrio, donde tenía ubicados los lavaderos y el horno de calcinación, y una vez beneficiado el mineral, un plano inclinado ascendente lo elevaba hasta los cargaderos que junto al ferrocarril de Triano tenía la compañía en esta zona.
La mina Domingo aprovechaba las mismas infraestructuras mineras que la Confianza. Por su parte, la mina Santa María y la Marianela, tras la extracción del mineral lo calcinaban en un horno ubicado en la demarcación de la Marianela y sacaban el mineral mediante un tranvía aéreo que finalizaba en el lado sur de la línea del ferrocarril de Triano.
Los elementos inventariados en este estudio y que aparecen en formato ficha en el documento anexo, son las siguientes.
0001. Coto minero Lorenza
0001-1. Mina Lorenza
0001-2. Horno de calcinación (Lorenza)
0001-3. Horno metálico (Lorenza)
0001-4. Fragua-cuadra-oficina (Lorenza)
0001-5. Lavadero de mineral (Lorenza)
0001-6. Pasarela sobre el Cotorrio (Lorenza)
0001-7. Caseta de control (Lorenza)
0001-8. Plano inclinado y cargadero de camiones (Lorenza)
0001-9. Talleres (Lorenza)
0001-10. Mina Marianela y Mina Santa María
0001-11. Galería (Marianela y Santa María)


0001-12. Horno de calcinación (Marianela y Santa María)
0001-13. Maquinaria de plano inclinado (Marianela y Santa María)
0001-14. Casa de máquinas del pozo maestro (Marianela y Santa María)
0001-15. Pozo Gerente (Confianza)
0001-16. Área de beneficio (Confianza y Domingo)
0001-17. Cargadero en el ffcc (Confianza y Domingo)
0001-18. Machacadora y cargadero de caliza
0001-19. Vivienda (Lorenza)
0001-20. Caseta del transformador (Lorenza)
0001-21. Vertedera y depósito de mineral (Marianela y Santa María)
0001-22. Machón de tranvía aéreo  (Marianela y Santa María)


0002. MINA JOSÉ
La Mina José se encuentra, como la Lorenza, dentro del municipio de Abanto-Ciervana/Abanto-Zierbena, en los lindes con el de Muskiz. Algunos de los elementos mineros de la explotación también se encuentran en el municipio de Muskiz. Sin embargo y dado que la actividad minera no sabe de límites municipales se ha decidido analizar los elementos de la citada mina en ambos municipios. La explotación de la mina se llevó a cabo mediante una galería subterránea, a la que se accedía mediante un plano inclinado de 130 metros de longitud y con un desnivel de 30%. El mineral extraído era calcinado en el horno que se encontraba en las inmediaciones de la bocamina que estuvo en funcionamiento hasta el 13 de noviembre de 1972 que cerró la mina. Al producto se le daba salida a través del ferrocarril minero de Triano.
Los elementos inventariados en este estudio son los siguientes:
0002. Mina José 0002-1. Horno de calcinación 0002-2. Edificaciones y transformador 0002-3. Vertedera y trituradora 0002-4. Cargadero para camiones 0002-5. Cargadero (FF.CC. Triano) A continuación se adjuntan las FICHAS DESCRIPTIVAS DE CADA ELEMENTO patrimonial para su correcta  su correcta identificación.

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