Love in the first degree, fantástica canción de Bananarama de 1987 que yo utilizo para hacer el mismo símil en el caso de los minerales. Se trata de los Minerales con mayúsculas, en primer grado. ¿Dónde están?
En mi corta e irregular experiencia como coleccionista, sobre todo los últimos 10 años, he podido ver multitud de minerales en museos públicos, colecciones privadas, Internet, tiendas físicas y virtuales, ferias, mercadillos, revistas, libros, etc. Y mi conclusión es clara: La gran mayoría de las mejores piezas nacionales que he visto no están ni en los museos ni en Internet ni en la parte comercial de este mundillo. Están en las colecciones privadas de personas que llevan muchos años en esto de las piedras y que casi siempre están dispuestas a enseñártelas mientras disfrutas de las anécdotas de su descubrimiento. Pero rara vez verás fotografías de las mismas en Internet, a pesar de que se impone como medio de difusión preferente en el mundo de los minerales.
Una excepción a lo anterior es la revista Bocamina, a la que se accede libremente desde Internet. Aunque en su corta historia sólo ha mostrado una pequeñísima parte de nuestro patrimonio minero, es cierto que en muchas ocasiones ha sacado lo mejorcito de las susodichas colecciones. Esto queda patente en el último número donde a mi juicio han aparecido algunas de las mejores especies minerales que se han sacado en la mina Nieves (Viérnoles) y que he tenido la gran fortuna de poder ver en persona hace algunos años. En este contexto me vienen a la mente magníficas (¿las mejores?) wulfenitas de Granada, piromorfitas de Córdoba y galenas de Linares, entre otras.
Es una pena que no se fomenten ni apoyen medios como Bocamina que son los únicos que nos acercan las verdaderas colecciones a los pobres mineromortales.
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