Aunque la fiesta tiene un mayor peso en las actividades de exhibición, musicales, lúdico-culturales para niños y gastronómicas, aquí me centro un poco más en la carpa mineralógica.
Caras conocidas, amigos y muchas anécdotas me han ocupado las escasas tres horas libres que me han dejado el parque y las bolas de Artea.
Los que no hayan podido asistir espero que al menos disfruten con estas malas fotos que he tomado sobre la marcha y que cuelgo aquí sin ningún miramiento según han salido de la tarjeta de memoria.
A destacar la maqueta de una explotación minera y de una tienda de minerales y caracolas que han salido de la imaginación creativa de Paco.
En cuanto a piedras poco aunque era de esperar ya que no es el lugar propicio por el poco espacio que ofrece la organización a los expositores (eso sí gratuito). Mucha bisutería para justificar la asistencia y poco interés en el mercadeo ya que se disfrutaba más de la conversación y del buen ambiente. Aún así destacaría unas celestinas fibrosas muy interesantes en el puesto de Forcada que podéis disfrutar más abajo en alguna de las fotos. También había buen y curioso material de Mutiloa y Alkiza.
He realizado un pequeño intercambio en el que he conseguido dos piezas con más interés científico que otra cosa. Se trata de una posible magnesita y teruelita de Liendo (Cantabria). En una próxima entrada pondré fotos de las piezas.
Como todos los años, antes de marcharme he comprado lo más interesante del evento: Un rico pastel vasco, un bizcocho de frutas y queso de Idiazabal. ¡Rico, rico!
Una fiesta muy recomendable.
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