Y para terminar el mes, una pequeña quiastolita de Boal pulida y barnizada que adquirí en caja 4x4 hace muchos años. Cuando lo hice no tenía ni idea de lo que era exactamente, sólo sabía que no lo tenía. Después, tirando de enciclopedia (no había Internet) aprendí mucho e interesante.
Hoy poseo en mi colección una quiastolita bastante mejor y de mayor tamaño merced a la generosidad nunca pagada del amigo Echevarría. A él le debo piezas mucho mejores también regaladas y las indicaciones exhaustivas y certeras de varios yacimientos del norte entre los que se encuentra el que me permitió construir mi colección tal y como es hoy.
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