Desde los elementos nativos (azufre, cobre, mercurio, etc.) hasta los silicatos (piedras preciosas y gemas) niños y mayores disfrutamos de una agradable mañana en su caserío.
Al final de la sesión todos y cada uno de los pequeños recibieron en torno a una decena de bolsitas de plástico con diversas muestras minerales correctamente etiquetadas: Pirita de Navajún, azufre de Mondragón, esfalerita de Cantabria, hemimorfita azul de Arcentales, espato de Islandia de Los Pandos, cuarzo rosa de Madagascar, etc. Los aitas y amas también recibimos información sobre la Asociación Vasca de Mineralogía Harridunak en caso de que los niños y niñas quisieran profundizar más en la afición.
Yo, por mi parte, aproveché para examinar algunas de las sensacionales piezas que componen su colección y, con la colaboración de Sonia, a fotografiar muchas de ellas. Todos y cada uno de los minerales tienen su propia historia que es un placer escuchar por boca del principal protagonista.
Como era de esperar, las piezas estrella de la colección eran las famosas y cercanas datolitas de la cantera de Errigoiti, aunque también destacan un par de buenas calcitas de la mina Julia y una magnífica esfalerita de la mina Troya, entre otras.
Espero que disfrutéis con las fotografías tanto como yo lo hice con las piezas que tenían una disposición e iluminación perfectas dentro de la vitrina y etiquetas con los datos básicos que ayudaban a identificarlas.
June contemplando una de las vitrinas de la colección |
Datolitas de Vizcaya de fama mundial |
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