Hace algún tiempo, en una de mis salidas a piedras en Castro Urdiales (Cantabria), me encontré con un mineral que me llamó poderosamente la atención, no tanto por su naturaleza como por su forma un tanto impúdica.
Se trataba de una simple goethita de tan sólo 4 cm, un mineral de hierro sin mayor interés por estos lares. Sin embargo, tenía una forma caprichosa que más bien recordaba a un diseño artístico de algún escultor de vanguardia.
Y es que muchas veces la naturaleza supera nuestra imaginación y sin duda sirve para su inspiración.
Este hallazgo lo realicé en las minas de Dícido (Mioño).
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