El fin de semana pasado tuvo lugar la XXI Feria de Minerales y Fósiles de Urretxu (Guipuzcoa). Tanto me habían hablado de las magnificencias de esta feria frente a otras que decidí ir con mi mujer este año para comprobarlo con mis propios ojos.
El día que elegimos para la visita fue el sábado que, por desgracia, coincidía con el mercadillo lo que nos dificultó enormemente la tarea de buscar aparcamiento. Tras más de media hora dando vueltas entre Urretxu y Zumárraga, finalmente logramos aparcar en éste último.
De camino al frontón Ederrena (recinto de la feria) pudimos comprobar que en el pueblo se respiraba ambiente minero: Carteles, el tren txu-txu, utensilios mineros de cartón-piedra por doquier, etc. Casi todo el mundo en el pueblo te sabía indicar y, además, muy
amablemente, cómo localizar las zonas donde había actividades mineras.
El frontón me pareció un lugar muy adecuado para la feria, aunque eché de menos una zona con mesas para realizar intercambios. Me dijeron que antes sí que había una zona de intercambio, pero ahora ya nada de nada. Total que los de los intercambiamos tuvimos que recurrir al viejo método del maletero.
Conocí
a un tipo magnífico de Guipuzcoa que, entre otras cosas, me proporcionó cuarzos grandes de Alkiza (el de la foto de 4.5 cm) y cuarzos preciosos con epidota de Soraluce (material que yo desconocía totalmente). Yo le pasé bastante material de la mina Primitiva (crisocola, azurita, malaquita), de Laredo (celestina) y de La Arboleda (goethita irisada).
También conocí a Andrés de Salamanca y José Ignacio de Bilbao. Con éste último ya había cruzado varios mensajes electrónicos para
realizar un intercambio. Ambos personas magníficas que no viven de los minerales y que, aunque tenían un stand en la feria, fundamentalmente practicaban el intercambio. Gracias a ellos tengo cuarzo citrino, casiterita y apatito azul de Salamanca, granates de Zamora, etc, todos de gran calidad.
El resto de la feria fue un poco repetición de Fosminer 2008 más algún puesto como el de Antonio de La Union que nos trajo unas baritas azules (ver foto) y unos cuarzos amatista de su tierra fantásticos. Desafortunadamente, llegué tarde a los cuarzos buenos, pero me llevé un par de piezas de barita azul y un cuarzo ventana magníficos.
Llevaba tiempo tras un buen cuarzo sobre dolomita de Puebla de Lillo (León) y lo localicé en la feria a buen precio, pero finalmente no lo cogí. Si una pieza no te entra por el ojo no hay nada de hacer. También llevo tiempo tras una fluorita de Yanci (Navarra) y siempre que las veo me echan para atrás los casi 60 EUR que me piden. Me parece increíble que pidan eso por fluoritas tan enanas. Seguiré esperando.
Finalmente, me llamó mucho la atención la cantidad de contactos y negocios que hacían los comerciantes (y no me refiero a intercambios con coleccionistas como yo) entre sí y con otros que no exponían. La compraventa de lotes y la lucha por conseguir piezas raras era una práctica habitual y muy provechosa para ambas partes. Un tira y afloja muy interesante para conseguir calcitas de Txindoki, dolomitas de Eugi o celestinas de Langre, por ejemplo. ¡Mi reino por una buena celestina de Langre que nunca logro encontrar!