Cada vez estoy más convencido de que lo más bonito de tener un mineral es conocer su entorno, su geología, su yacimiento, es decir, su lugar de nacimiento y ver en persona cómo sale.
El pasado 31 de julio, aprovechando mi estancia veraniega con la familia en la provincia de Alicante, Rafa se ofreció a llevarme al famoso yacimiento de celestina de Arneva. Pudieron ser muchos más, pero la agenda no me permitía más salidas mineralógicas dado que, además de la consabidas playa y piscina, también quería hacer algo de monta
ña y travesía.
Aunque por varias circunstancias no tuvimos suerte y salieron cosas más bien pequeñas, considero que el madrugón, el desayuno, el intercambio de anécdotas, el bocata que me preparó Sonia, la cerveza y sobre todo las muy buenas piezas de la Comunidad Valenciana y alrededores que intercambié con Rafa, merecieron más que la pena.
Unas fotografías del día que compartimos. En ocasiones futuras pondré las de las piezas.