El pasado
15 de julio falleció Valenciano, que era el sobrenombre que recibía entre sus alumnos en Urnieta a finales de los 80 (años convulsos sobre todo en aquella zona). Coincidí con él durante un par de cursos en los que me dio Física e Informática. Los últimos 10 años en varias ocasiones me he preguntado qué habría sido de él y resulta que de esta manera me entero de que pasó sus últimos años en León.
Valenciano reunía un currículum que muchos querrían para sí hoy: Doctor ingeniero, Informático, Teólogo, Filósofo... Cuando en este país casi nadie
tenía un PC, Valenciano nos enseñaba a programar juegos y antivirus para MS-DOS. Aún recuerdo sus explicaciones de la definición de límite y
función derivable en un punto durante el descanso del cine del domingo. Era una de esos sacerdotes que, como muchos otros que no salen en prensa porque sólo hacen cosas buenas, estaban a la vanguardia de la tecnología mucho antes que los abanderados de la misma por el simple placer de saber que se podía hacer, de mostrársela a sus alumnos, y de sacarle el máximo partido en el sencillo día a día de la Comunidad Salesiana.
Fue una pena que muchos de nosotros le conociéramos ya un poco mayor cuando la mente deja de ser un "músculo ágil". A pesar de ello no dejó de sorprendernos con sus proezas. ¡Menudo tío!
Allí donde estés sigue disfrutando de la pasión por aprender y descansa
en paz buen amigo.