A estas alturas nadie duda de que la afición a los minerales tiene un componente didáctico impresionante ya que para desarrollarla completamente no sólo son necesarios conocimientos de mineralogía, sino también de física, química, cristalografía, e incluso de ingeniería electrónica. Si no fuera por los impresentables de Eliot Ness, que dan mala fama y peor olor a este mundillo, sería lo que todos los médicos recomendarían a los jóvenes ociosos.
Una de las cuestiones de gran interés que surgen en esta afición es la de si el uso de la luz negra (luz ultravioleta artificial, UV) para disfrutar de los minerales fluorescentes puede producir cataratas nucleares, melanomas o no.
A priori mucha gente diría que son muy peligrosas, que mejor no utilizarlas, o que si se hace mejor con protecciones adecuadas. Pero yo, que siempre me cuestiono todo por el simple hecho de que lo que ayer era un planeta hoy no lo es, me hago las siguientes preguntas teniendo en cuenta que el espectro solar tiene una componente importante de radiación UV natural, y que nuestra piel y ojos han evolucionado para reparar el daño producido por esta radiación ionizante:
¿Qué frecuencia tiene la luz negra y cómo se compara con la UV solar? ¿Qué intensidad tiene la luz negra y cuántas veces es mayor o menor que la UV solar? ¿En qué proporción es la luz negra absorbida por el vidrio de los tubos donde se produce? ¿Cuánto tiempo de exposición es necesario para tener un riesgo serio de daño biológico?
En la siguiente web, misti.com, encontramos respuestas (en el idioma de Shakespeare) muy interesantes que desmitifican y aclaran esta cuestión.
Para empezar existen varios tipos de UV en función de la frecuencia de radiación empleada, y la luz negra comercial es la de frecuencia más baja y, por lo tanto, la menos dañina. Por otro lado, estos tubos tienen intensidades muy bajas lo que implica que son necesarios tiempos de exposición muy largos para acercarse a los umbrales de riesgo de cataratas nucleares. Y muchas otras que mejor leerlas y juzgarlas por uno mismo.
Con esto no quiero transmitir la idea de que el uso de luz negra para ver minerales sea algo totalmente inocuo. Pero sí que utilizado de manera razonable y responsable no tiene el menor peligro y no justifica ningún tipo de alarmismo con los umbrales de daño de cataratas aceptados actualmente.
De todas formas, habría que tener también presente que recientemente se han modificado a la baja los umbrales de las cataratas nucleares producidos por radiaciones más duras (rayos X) en medicina. Parece ser que con los antiguos han aparecido más casos de cataratas de los esperados.
Moraleja: Ni tanto ni tan calvo. Mirar todos los puntos de vista e informarse muy bien antes de aceptar algo como dogma o rechazarlo inquisitoriamente.
Colección Borja Sainz de Baranda
Hace 15 horas
2 comentarios:
Esta información y la página web son de lo más interesante.
En cuanto a los indeseables, siempre los ha habido y los habrá, es algo que no podemos evitar. Lo mejor ignorarlos, que por otro lado es el mayor desprecio.
Hola amigo anónimo.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo último que dices. Consejo que, por otro lado, aplico desde ni sé cuánto tiempo. En lugar de memoria selectiva yo tiro de la lectura selectiva. Que mi tiempo es muy limitado y lo que lo merece en Internet es demasiado amplio como para perder en tiempo son sandeces.
Un abrazo,
-- Agus
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