El pasado fin de semana, aprovechando unos días en Ezcaray con la familia, hice una pequeña escapada para investigar dos minas que me había enseñado mi tío el año pasado.
La primera, supuestamente de cobre, la dejé para otra ocasión al verla demasiado peligrosa como para entrar solo.
En la segunda, en cambio, al haberla recorrido ya con mi tío (apenas tiene 100 metros), estuve una hora picando sin problemas en busca de indicios que indicaran si merecía la pena. Aunque me habían dicho que era de magnetita, a mi me parece más bien de hematites y veo incluso pirita alterada.
Colección Borja Sainz de Baranda
Hace 10 horas
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