23 de septiembre de 2021

Las caras de mi infancia se desvanecen: Adios Pedrito

Cuando uno es niño no aprecia a los que tiene, y cuando es adolescente incluso los aborrece. 

Con "a los que tiene" me refiero a esas caras conocidas, más o menos amigas, de vecinos, tenderos, profesores, parientes lejanos, compañeros del colegio, pediatras, practicantes, etc., que van pasando por tu vida sin darles la menor importancia. Sin querer con el tiempo, poco a poco, van formando parte del pueblo, del barrio, del vecindario y los asocias con esas caras de tu infancia y juventud.

Luego, ya más mayor, vas viendo cómo esas "caras conocidas" van desapareciendo por aplicación pura y dura de la "es Ley de vida". Y entonces te das cuenta de que ya nada es lo mismo: El pueblo y el barrio han cambiado y nunca volverán a ser iguales.


Con la muerte de mi primo el artesano y cachabero Pedrito (más otros y otras en los últimos años) Ezcaray nunca volverá a ser aquel que tanto disfruté en mi infancia  y juventud.

Descansa en Paz y anima a tu Barça desde ese palco de honor. Amén.

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